Una nueva ronda de negociaciones de las tarifas de agua potable que regirán para el próximo quinquenio, inició la Superintendencia de Servicios Sanitarios (SISS). Son un total de 15 sanitarias las que deberán sentarse a negociar este año en un proceso que abarcará a más de dos millones de clientes.
Aguas Santiago Norte fue la empresa que inauguró la ronda con la entrega de las bases preliminares el 15 de enero pasado, específicamente para su área de concesión denominada Hacienda Batuco (217 clientes), en la comuna de Lampa.
En abril toca el turno a Essbio y Essal, que comprenden un porcentaje importante del mercado nacional (entre las dos abarcan más de un millón de clientes) y que tienen un punto en común: ambas atravesaron episodios de cortes de agua en 2019.
Consultada, la SISS señaló a Diario Financiero que para los procesos tarifarios que se avecinan, tendrán los esfuerzos puestos "en lograr que las tarifas sean las mínimas posibles", donde, por ejemplo, el año pasado se logró una baja de 3% en las tarifas base de agua potable de Aguas Andinas, y la mantención de las tarifas por el período de Esval y Aguas Araucanía.
"Se requerirán grandes inversiones para hacer frente al cambio climático. Esto impone un gran desafío para el sector, de lograr un equilibrio que permita mantener y mejorar la calidad de los servicios y al mismo tiempo mantener las tarifas lo más bajas posibles", dijo el superintendente (s), Jorge Rivas.
"Una mejor gestión de los riesgos, el reúso de las aguas servidas tratadas y una mejor coordinación en el crecimiento de las ciudades, son todas iniciativas que apuntan a una mayor eficiencia, reduciendo la posibilidad de alzas en los precios", agregó.
Episodios críticos y cambio climático
Essal es filial de la sanitaria más grande de Chile, Aguas Andinas –cuya matriz es la francesa Suez-, y opera en 33 localidades de las regiones de Los Lagos y Los Ríos. Además hoy Aguas Andinas anunció un proceso de venta de las acciones que posee en la empresa. Debido a la contaminación en uno de sus estanques a mediados de julio, tuvo que cortar el suministro de agua potable por 11 días en Osorno. Esto le valió compensaciones -entre las que obliga la Ley y las voluntarias- por casi $ 6.000 millones.
Respecto al proceso que se avecina, desde la compañía indicaron que "estamos conscientes de que el cambio climático es una realidad hoy, y ante esta emergencia estamos trabajando en varias líneas de acción para el fortalecimiento de la infraestructura. Iniciamos la habilitación de dos nuevos pozos en Osorno, la ampliación de plantas elevadoras y redes de agua potable y aguas servidas, para ampliar la capacidad productiva y así asegurar el abastecimiento de agua potable para la comunidad.
"En lo que respecta a producción y distribución de agua potable, consideramos aumentar la capacidad -adicional a lo comprometido a la SISS- en Osorno, Quellón y Calbuco. Además, se proyecta un incremento de 10.000 metros/año en renovación de redes de agua potable en toda la concesión", agregaron.
En el caso de Essbio, los últimos cortes de agua no programados fueron en septiembre de 2019, cuando cortó el suministro en Chiguayante y Los Ángeles a raíz de la rotura de una matriz, que afectó a 100.000 clientes. Por Ley del Consumidor es que Essbio tuvo que compensar a quienes se vieron impactados por el corte que se extendió 36 horas.
Al respecto, la sanitaria señaló a DF que "lo ocurrido en Chiguayante fue un hecho puntual. Hace cuatro años implementamos un nuevo modelo de trabajo, con el que hemos logrado disminuir en 50% la cantidad de cortes y en 40% los clientes afectados, alcanzando cifras de interrupción de suministro en línea con los estándares internacionales".
Si bien desde Essbio no quisieron referirse al proceso tarifario que iniciarán este año, señalaron que "para 2020-2024 nuestro foco está en seguir dando mayor resiliencia al suministro en las ciudades frente al cambio climático. Respecto a los planes de gestión hídrica y sequía, contamos con un plan maestro por región y obras de infraestructura que consideran la construcción de nuevas baterías de pozos en O'Higgins y Ñuble, así como nuevos derechos de aguas y conducciones.
Frente al nuevo escenario climático, Essbio ha invertido $ 200 mil millones los últimos cuatro años, de los cuales $ 26 mil millones fueron destinaron al desarrollo de infraestructura, aumento de la capacidad de producción de agua potable y plantas de tratamiento de aguas servidas.
Otras sanitarias que negociarán este año son Aguas Antofagasta -cuya venta fue anunciada por su matriz EPM el año pasado-, Aguas del Valle, Econssa, entre otras.
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