Economía

El Brexit vuelve como uno de los grandes riesgos de 2017 y se complican los planes de Theresa May

Primera ministra pierde respaldo y aumentan los pronósticos de que su gobierno no tendrá una larga duración en medio de la dimisión de funcionarios.

Por: María Gabriela Arteaga | Publicado: Lunes 23 de enero de 2017 a las 04:00 hrs.
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Desde antes de junio de 2016, el Brexit se había convertido en uno de los grandes riesgos geopolíticos con miras a extenderse por al menos dos años más mientras el Reino Unido define su futuro en la Unión Europea (UE).

Los mercados se tambalearon, el precio de las viviendas cayó, la libra alcanzó mínimos históricos, y cientos de empresas y bancos han evaluado su traslado a otros centros financieros del mundo como Frankfurt o París.

La consulta dejó al bloque de 28 países en medio de un proceso inédito e imprevisible que lleva consigo el riesgo de la interrupción del libre tránsito de bienes, servicios y personas entre la nación británica y sus vecinos.

Pero luego entró en juego la carrera electoral en Estados Unidos y con ella el surgimiento como candidato del ahora presidente Donald Trump, que prácticamente opacó los días posteriores a la decisión de 52% de los británicos de salir de la unión. A ello se sumó que muy poco se sabía sobre lo que iba a ocurrir y cuál podría ser el impacto real de la medida.

Ya iniciado 2017, con Trump asumiendo su cargo como líder de la primera economía del mundo, el Brexit retoma su protagonismo como uno de los focos de atención mundial con la primera ministra, Theresa May, haciendo todo lo posible por calmar el nerviosismo.

El tema marcó la agenda de la semana pasada e incluso fue punto de debate del Foro Económico Mundial (WEF) que se realizó en Davos. Mientras la titular de Downing Street defendía la capacidad de Londres de seguir cumpliendo su rol en la comunidad internacional, muchos destacaron la poca información que se tenía seis meses después del referendo, lo difíciles que serán las negociaciones e incluso hubo quienes aseguraron que el bloque se está desintegrando y que May no culminará su mandato.

Su desafío en este momento va mucho más allá de intentar llevar a buen término la salida de la nación británica del bloque.

Parlamento en contra

El siguiente paso en la ruta, que podría realizarse más tardar en marzo, sería el de la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, con el que se informa a la UE la intención de abandonar el grupo.

Ello llevaría a al menos dos años de negociaciones entre las partes cuyo acuerdo –de alcanzarse– debe ser aprobado por 20 países miembros (65% del grupo).

Pero el gran obstáculo para la primera ministra es la oposición que enfrenta en el parlamento, al que le dio la semana pasada la última palabra sobre lo pactado con la UE. Ahora, también podría ver cómo se derrumban sus intenciones de salir del mercado único si la Corte Suprema del país decide que deben ser los legisladores los que deben aprobar la notificación formal.

El máximo tribunal votará mañana si May puede legalmente iniciar el proceso de salida sin pasar antes por el parlamento y la coloca ad portas de una batalla con los legisladores que se han opuesto al Brexit y que buscan suavizar sus propuestas.

Descontento general

Hasta la semana pasada, May había evitado entregar grandes detalles de su estrategia, argumentando que revelar la dirección de sus negociaciones antes de que inicie el proceso formal restringiría sus opciones. Además consideró que quedaría expuesta a críticas de todas las partes por buscar demasiado o muy poco.

Sin embargo, de ello no ha escapado, y tampoco de la pérdida de confianza dentro de su propio equipo.

A principios de mes, Ivan Rogers, embajador del Reino Unido ante la UE, renunció de manera sorpresiva a su cargo tras criticar al Ejecutivo por su falta de preparación para el Brexit. La decisión fue un duro golpe para la gobernante pero también para la moral en Bruselas.

Y es que, según analistas, la salida de Rogers acerca la posibilidad de una ruptura áspera entre las partes.

A ello se le suma una serie de dimisiones de funcionarios de cargos inferiores, que se unieron al equipo del Reino Unido porque se suponía que el país asumiría la presidencia pro témpore del bloque. La votación a favor del Brexit puso punto final a esa posibilidad y la responsabilidad será asumida por Estonia.

El futuro se vislumbra oscuro para May. Por ello, algunos como George Soros, el multimillonario inversionista estadounidense, han considerado que el Brexit es el inicio del fin de May. “Ya tiene un gabinete dividido y una pequeña mayoría en el parlamento. No creo que vaya a durar”, dijo desde Suiza.

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