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China da indicios de volver a un gobierno autocrático

El Partido Comunista nombró a Xi como “líder central” en lo que representa un alejamiento de las prácticas recientes.

Por: Lucy Hornby | Publicado: Viernes 28 de octubre de 2016 a las 20:00 hrs.
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El presidente chino Xi Jinping ha sido nombrado "líder central" del Partido Comunista, allanando así el camino para un retorno a un gobierno autocrático después de una década y media de liderazgo consensuado entre la élite del país.

La designación de "líder central" del partido rompe con las prácticas recientes y eleva al Sr. Xi a un nivel de poder individual que se le otorgó por última vez a Jiang Zemin, inmediatamente después de la represión de las protestas en la plaza de Tiananmen en 1989. Jiang dirigió el partido hasta el año 2002 y sigue ejerciendo influencia tras bambalinas sin ningún título oficial.

La conclusión del pleno del partido el jueves inaugura un año de regateos políticos conforme el Sr. Xi, quien también es jefe de las fuerzas armadas, intenta consolidar su poder en su segundo mandato y posteriormente. La composición del Comité Permanente del politburó se anunciará el próximo otoño en el congreso del partido comunista.

"Obtener el estatus de líder central implica ciertamente que Xi es más poderoso que antes del pleno y más poderoso que sus dos predecesores (Jiang Zemin y Hu Jintao) en la misma etapa de liderazgo", dijo Steve Tsang, un sinólogo de la Universidad de Nottingham. "Pero ése era el caso, incluso antes de obtener este nuevo estatus".

La propuesta de designar a Xi como el "líder central" del partido generó una profunda oposición cuando se dio a conocer a comienzos de este año. Muchos en el partido y el público en general sostienen que China sólo puede ser efectivamente gobernada por un líder autoritario. Pero otros temen un regreso al gobierno irracional, las restricciones a la libertad individual y el estancamiento económico que acompañaron la extrema consolidación del poder del Partido Comunista bajo el presidente Mao Zedong en las décadas de 1950 y 1960.

Esta semana en un artículo en primera plana, el Diario del Pueblo — que refleja las opiniones oficiales del partido — describió una amenaza para China equivalente a la caída de la Unión Soviética si el partido no se une.

Se lanzó a una alabanza excepcionalmente larga de las décadas cuando el presidente Mao Zedong ejercía tal influencia que "incluso la cadencia de su voz a través de la radio era suficiente para que todos los grupos obedecieran incondicionalmente".

El pleno también marcó un cambio en la retórica partidista de "anticorrupción" a "disciplina", en medio de la frustración provocada por una purga de casi cuatro años de la dirección del partido y de los altos mandos militares que no ha logrado la eficacia prometida.

El problema de Xi conforme intenta consolidar su propia sucesión es que sólo cuenta con un puñado de partidarios que tienen la edad y la experiencia requeridas. Consolidar su propio poder como el "líder central" del partido rompe el acuerdo de reparto de poder entre los principales dirigentes del partido, que fue adoptado por primera vez por el reformista económico Deng Xiaoping y quedó arraigado bajo el liderazgo de Hu Jintao. Ha mantenido a China políticamente estable en las últimas décadas, pero también se le culpa de la corrupción, la ineficiencia y la resistencia burocrática a las prioridades de Beijing.

La idea de un "líder central" fue tan controvertida cuando se propuso por primera vez a principios de 2016 que incitó una inusual oposición pública. Unos 20 jefes provinciales del partido rápidamente aclamaron al Sr. Xi como el "líder central" del partido, pero en ese momento los otros seis miembros del Comité Permanente del Politburó, sus colegas de más alto rango, deliberadamente no repitieron la designación. Desde entonces, meses de maniobras políticas, promociones y castigos han desplazado la balanza a su favor.

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