Este mes se celebran los 35 años de la creación del centro de estudios e investigación Libertad y Desarrollo (LyD), creado en 1990 por un grupo de economistas, entre los que se cuentan Hernán Büchi, Carlos Cáceres, Cristián Larroulet y Luis Larraín, quienes tuvieron como objetivo principios que hoy se mantienen vigentes: colaborar para que las políticas públicas se orienten a defender la libertad individual, el funcionamiento de los mercados, el derecho de propiedad y el progreso e igualdad de oportunidades a través del desarrollo económico.
Un contexto donde la directora ejecutiva de LyD desde junio de 2021, Bettina Horst, defiende el rol que han jugado: “En estos 35 años, siempre hemos recibido críticas de distintos sectores. Hay gente que siempre nos va a criticar, porque simplemente no cree en lo que nosotros defendemos, que es un orden institucional el Estado de derecho, una economía de mercado, un sector privado que aporte al desarrollo de la economía”.
La economista explica que “obviamente el que no concuerda con nuestro principio va a buscar la forma de cómo tratar de debilitarnos y desprestigiarnos”.
Otros, agrega, han planteado críticas en el tema del financiamiento, “que somos una forma de brazo armado, quizás de algunos intereses oscuros, pero la verdad que esa es una caricatura, porque nunca se ha criticado alguna postura nuestra en cuanto a que estemos privilegiando una empresa o un sector sobre otro”.
En este contexto, resume que “cuando te critican, también hay una señal, porque tienes impacto. Yo prefiero que me critiquen a que me ignoren”.
Horst afirma que LyD “ha logrado instalarse con fuerza. Hoy es reconocida más allá de las diferencias que uno pueda tener respecto de algunos temas puntuales. Pero hemos logrado instalarnos como institución seria, responsable y con un aporte técnico a la discusión de políticas públicas”.
También proyecta el rol que debe seguir jugando por otros 35 años el centro de estudios, “que es aportar al debate de las políticas públicas desde una mirada técnica, porque la política es demasiado importante como para dejársela solo a los políticos”.
Valora que la entidad tenga presencia en la discusión legislativa del día a día, “con independencia de cualquier partido político y con independencia también económica en su línea editorial, las posiciones que fijamos nosotros son absolutamente independientes de terceras personas”, afirma.
De hecho, recuerda que durante los dos gobiernos del Presidente Sebastián Piñera, “nosotros -como institución que de alguna forma suscribía mayoritariamente los principios de esa administración- sí tuvimos una voz independiente; y cuando había temas que nos parecían que no se estaban resolviendo bien, nosotros también levantábamos la alerta y sacábamos la voz”.
A su juicio, “eso es importante, porque hay otros centros de estudios que dependen de partidos políticos y no digo que sean mejores o peores, pero son roles distintos”.
De hecho, menciona también que “fuimos bien contrarios a los retiros de los fondos previsionales, cuando el clamor ciudadano y del mundo político iba en la otra dirección”.
Comenta que “cuando la técnica, de alguna forma, había perdido peso en la discusión política. Fue un momento obviamente difícil y si una institución como esta no es capaz de instalarse con fuerza en momentos difíciles, con una mirada distinta a la corriente popular en la calle, la verdad que no tiene sentido que exista, entonces, esos momentos son más desgastantes, pero son definitivamente los momentos más necesarios para estar ahí”.
Respecto de la compleja discusión presupuestaria que lleva adelante el Congreso y que será ejecutado por la próxima administración, señaló que “hay que entender que en la discusión del Presupuesto como se dice popularmente, el mango del sartén lo tiene el Ejecutivo; así que más allá de lo que se pueda negociar, conversar entre oposición y oficialismo. Este presupuesto será el presupuesto del Presidente Boric”.
Precisa que “no es el Presupuesto del futuro Gobierno, por lo cual, aún con la tremenda incertidumbre que persiste respecto del déficit fiscal que va a heredar la próxima administración, es muy probable que el presupuesto tenga que ser revisado y auditado en detalle a partir de marzo nuevamente; y bueno, habrá que hacer los ajustes que hay que hacer nomás”.