El último Foro del Litio generó inquietud en el país. Pese al despliegue de la Estrategia Nacional del Litio (ENL) del Presidente Gabriel Boric, a meses de acabar su mandato la promesa de aumentar la producción del llamado “oro blanco” está lejos de concretarse.
Y, mientras tanto, en pocos años, Argentina logró entrar al mercado y ya tiene una cartera más de 20 proyectos avanzados, con lo cual diversos expertos avizoran que hacia 2030 la nación trasandina aventajará a nuestro país y será el segundo mayor productor mundial, dejando a Chile en el tercer puesto.
Esto es una historia conocida. Nuestro país fue líder global en este mineral por varias décadas, pero Australia pasó a dominar el mercado en 2021. Que la historia se repita con el vecino país, una nación sin tradición minera, provocó escozor entre los asistentes al Foro del Litio.
El jefe de industria minera de Plusmining, Andrés González, detalló que de 13 iniciativas en Chile -incluyendo los desarrollos brownfield de SQM y Albemarle en el Salar de Atacama- solo hay contratos especiales de operación de litio (CEOL) para Codelco en Maricunga y Enami en Altoandinos, pero para inversionistas privados estos contratos aún están en tramitación.
De los proyectos de las empresas estatales, sólo la alianza entre SQM y Codelco es la más avanzada y supondrá aumento en la producción de hasta 300.000 toneladas entre 2025 a 2030.
El proyecto de Enami, en tanto, está “judicializado” por la disputa con la francesa Eramet, que tiene las concesiones mineras en el área.
González detalla que en Argentina hay 24 procesos ya avanzados y que en conjunto suman US$ 14.847 millones de inversión. Según los datos de Plusmining, al menos 12 iniciativas partirán su producción entre este año y el 2032.
“En Chile es mucho más complejo iniciar proyectos de litio que en Argentina”, detalla el jefe de industrias mineras de esta consultora.
De ahí que sea cuestión de tiempo para que el país del mate y el tango sea también una potencia en el litio.
El socio de Supply Chain Insights, José Hofer, anticipa que en 2034 el vecino país nos superará. “En 10 años Chile, con suerte, duplicará su producción, pero Argentina la sextuplicará y tendrá unos 20 proyectos andando”, acota.
Daniel Jiménez, de iLimarkets, estima que será varios años antes. “Pero inexorablemente eso pasará”, afirma.
El socio de NextLegal y exdirector de Sernageomin, Alfonso Domeyko, advierte que mientras Argentina despegó, en los últimos años en Chile primó una gran lentitud en la entrega de contratos de operación de litio y también acusa discrecionalidad en la determinación de salares protegidos, donde “se está infringiendo el convenio de Escazú porque no se ha entregado a la ciudadanía la totalidad de los argumentos y antecedentes para determinar esas áreas”.
Por qué avanzan más rápido
González comparó la legislación chilena y la trasandina para encontrar las razones detrás de la arremetida argentina. Concluyó que ambos países “cuentan con marcos regulatorios opuestos en torno al litio: Argentina lo trata como cualquier otro mineral; en Chile no es concesible”, explica. “Esto ha derivado que el avance de los proyectos en Chile sea sustancialmente más lento y frustrante para las empresas”, agrega. En cambio, la reciente implementación del sistema RIGI -que entrega beneficios impositivos e invariabilidad tributaria por 30 años, entre otros aspectos- en Argentina impulsó la inversión minera en esa nación.
A juicio de Hofer, el nuevo Gobierno debiera acometer una reforma para hacer concesible el litio. “La concesibilidad es muy relevante para devolver a Chile a la pista correcta, podríamos llegar a producir un millón de toneladas de litio”. Agrega que una ley así “tiene que hacerse con bastante cuidado, porque se puede entrampar en el Congreso”, opina.
González apunta a que existe “un ánimo nacionalista” respecto del litio que imposibilita una discusión racional a nivel político y no cree, por lo mismo, que se alcancen los quórums necesarios para aprobar una ley de esta naturaleza.
Jiménez planteó “liberar” el litio, “tratarlo como un mineral más, e incorporarlo en el régimen de propiedad minera. También planteó retrotraer los CEOL otorgados en los últimos dos años y eliminar a la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) de definir cuotas de litio. También, para destrabar inversiones, propuso terminar con la obligatoriedad de usar métodos de extracción directa (DLE): “Somos el único país del mundo con esta genialidad”. Junto a ello, este experto instó a acabar con la permisología.
“Estamos contra el tiempo, cada día que perdemos se nos escapa la posibilidad de capturar precios altos”, advirtió el exejecutivo de SQM.
Domeyko no cree que la concesibilidad tenga oportunidad en el Parlamento. “En el litio hay un sentimiento nacional, que es de todos los chilenos y por eso sería muy difícil lograr la concesibilidad”, indica.
Pero sí señala que el próximo Gobierno “debiera acelerar la entrega de CEOL a quien tenga concesiones mineras en la zona, con condiciones que lo obliguen a desarrollar los proyectos”.