“Ha sido tremendamente exitosa”. Así resume el vicepresidente ejecutivo de Corfo, José Miguel Benavente, el despliegue de la Estrategia Nacional del Litio (ENL) del gobierno de Gabriel Boric.
“De aquí a unos cinco o seis años vamos a aumentar al doble la producción de litio en Chile”, con cerca de 600.000 toneladas al año, un nivel con el cual no necesariamente se supera al líder mundial, Australia, pero que situaría al país como aquel donde es más rentable el negocio del litio en el orbe.
En el país de los canguros, detalla, es tres veces más caro producir que en nuestro país. En estas latitudes están los salares con mayores concentraciones de litio y cerca de puertos de embarque, precisa.
Por lo mismo, se muestra tranquilo con la continuidad de la ENL, pese a que tanto la candidata oficialista, Jeannette Jara, como los principales abanderados de oposición, José Antonio Kast y Evelyn Matthei, han sido críticos con esta política y han anticipado que la revertirán si llegan al poder.
El máximo ejecutivo de Corfo insiste en que el próximo gobierno tiene que respetar la legalidad. “Chile tiene una tradición de cumplimiento de contratos, no está en ninguna parte (la posibilidad) de que no se vayan a cumplir”, hace ver. “Una vez que sale de la Contraloría (el acuerdo Codelco-SQM) es un contrato, los CEOL son contratos, de hecho como su nombre lo dice, es un contrato de especial operación del litio”, apunta. A su entender, el acuerdo entre la gigante estatal y la firma privada “se demorará dos semanas más” en la Contraloría, dado que normalmente la toma de razón demora un mes.

José Miguel Benavente, vicepresidente de Corfo. Foto: Verónica Ortíz
“Lo que sí es que llamaría al gobierno que sigue a que convoque a licitación, porque hay al menos seis salares más que cumplen con todo (...) y que continúen este proceso para traer inversionistas nacionales e internacionales privados para la exploración y explotación de esas salmueras, porque es tremendamente interesante aumentar esa producción”, dice.
“Cualquier gobierno, del color político que sea, le interesa aumentar la producción de un material estratégico como el litio, que nos pone en el radar internacional y aumenta nuestras exportaciones”, indica.
Confidencia que la postura de la oposición en este tema es más pragmática. “Yo me he juntado, he conversado con gente más del mundo de la derecha y piensan que es una buena idea tratar de aumentar más la producción”.
Incluso sobre el tema de la concesibilidad, donde la derecha sostiene que se debe reformar la ley para que el litio pueda ser extraído libremente, Benavente dice que “lo que ha mostrado un poco la evidencia es que ha sido tremendamente beneficioso para todos los chilenos”.
Arguye que es falaz el argumento de que “al traspasar el derecho de propiedad, la velocidad de la inversión va a ser más alta” porque aunque se mantuve el litio en propiedad estatal, igual la licitación se hizo con celeridad. “Imposible hacerlo más rápido”, dice.
Benavente explica que para los próximos gobiernos van a llegar recursos por al menos US$ 50.000 millones, que es la transferencia para el Estado únicamente del contrato Codelco-SQM.
A eso hay que agregar el aporte de los otros salares de empresas estatales (Altoandinos de Enami y Maricunga de Codelco, ambos a explotar con Rio Tinto), así como cuencas con inversión privada que, sostiene, hay “unas cuatro o cinco van a estar cerradas a final de año”.
Todos estos proyectos allegan recursos al Estado, algo que a todos los gobiernos les interesa en un contexto de estrechez fiscal, acota.
Un tema clave para destrabar las inversiones en el litio son los acuerdos con las comunidades indígenas. Por ejemplo, el segundo gobierno de Sebastián Piñera licitó la explotación de litio en una zona del Salar de Atacama, pero el proceso fue revertido en sede judicial por los pueblos originarios.
El poder de este grupo de interés quedó demostrado en el acuerdo Codelco-SQM, donde según el vicepresidente, las comunidades atacameñas obtendrán “unos US$ 150 millones al año, que son para bienes comunes o sea infraestructura, no necesariamente recursos que van directamente al bolsillo de los pueblos”.
Industrialización del litio
Un tema que quedó al debe este gobierno, y así lo admite tímidamente el vicepresidente de Corfo, es la instalación de fábricas para industrializar el litio, dado que las chinas BYD como Tsingshan desistieron de invertir en ello, pese a que se habían adjudicado sendas licitaciones.
Benavente explica que la razón de fondo para este repliegue fueron los plazos, dado que los precios preferentes duraban solamente hasta 2030.
Confía en que esto se va a revertir. Hoy está en curso la adjudicación para procesar litio de la cuota de Albemarle hasta el año 2043, donde cuenta que hay interesados “asiáticos, chinos, europeos, norteamericanos” y supone una inversión entre US$ 300 millones y US$ 500 millones.