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Tomás Sánchez

El mercado que nadie discute

TOMÁS SÁNCHEZ VALENZUELA Socio, ValorizaAutor, Public Inc.

Por: Tomás Sánchez

Publicado: Jueves 4 de diciembre de 2025 a las 04:02 hrs.

Tomás Sánchez

Tomás Sánchez

Estados Unidos cerró octubre con 153 mil despidos anunciados, un 175% más que el año pasado. En 2025 ya van más de 1,1 millones de recortes laborales, 65% por encima de 2024. Lo sorprendente es que la industria tecnológica lidera esta tendencia, y la inteligencia artificial ha sido citada como causa directa en más de 48 mil cesantías este año, según Challenger, Gray & Christmas.

La paradoja es que la misma industria que explica el 92% del crecimiento económico de EEUU en el primer semestre está despidiendo gente masivamente. Sin la inversión en data centers e infraestructura tecnológica, el PIB estadounidense habría crecido apenas 0,5%. Y es que, al parecer, se está conformando un nuevo equilibrio laboral, dónde las empresas que lideran son justamente aquellas capaces de producir más con menos.

“Nuestra discusión laboral se somete miopemente al salario mínimo, mientras todo nuestro mercado laboral está quedando off-side.

Chile no es distinto, aquí también operan las fuerzas del mercado para equilibrar el mercado laboral. Sin embargo, seguimos graduando cientos de periodistas al año —con empleabilidad del 70% y sueldos de $700 mil— mientras la minería paga sobre $2,3 millones mensuales por recién egresados y hace lo imposible por atraer talento, incluso haciéndolos viajar cada semana desde Santiago. Es una falla de mercado que nos está costando carísimo.

Inexplicablemente, nunca hemos puesto el mercado del trabajo al centro de nuestra conversación de política pública. Seguimos discutiendo impuestos y crecimiento sin ser capaces de una coordinación básica sobre las necesidades del mercado laboral, mientras las universidades tienen incentivos completamente desalineados con las necesidades del país.

La realidad es que la IA es una oportunidad de productividad inmensa, pero también un riesgo cierto de desigualdad. Nicolai Tangen, CEO del fondo soberano de Noruega —el más grande del mundo— ha sido claro al respecto: el acceso desigual a la inteligencia artificial tiene el potencial de dividir sociedades.

Células de 8 desarrolladoras se software ahora solo necesitan dos, y camiones de carga autónomos ya operan en Texas. La IA suena a ciencia ficción al principio, pero después la normalizamos y le llamamos software. Así, deja de sonar futurista, pero el resultado es material de todas formas. Ciertas personas y empresas operan sobre IA y se vuelven brutalmente productivas, mientras otras se quedan atrás sin saber cómo actualizarse. El resultado no es una brecha marginal, sino que abismal.

Hoy enfrentamos un desafío real para nuestras empresas y personas, mientras se está repensando y ajustando la estructura productiva de la economía. Sin embargo, nuestra discusión laboral se somete miopemente al salario mínimo, mientras todo nuestro mercado laboral está quedando off-side.

La IA no es el enemigo, pero si nuestra incapacidad de anticipar, de no formar personas en lo que se necesita, de graduar profesionales sin futuro y de rigidizar el mercado laboral. ¿Cómo debiera ser el equilibrio del mercado laboral para maximizar sueldos, minimizar desempleo y aumentar productividad en este nuevo contexto? Esa es la pregunta y ni siquiera la estamos planteando. El futuro se está escribiendo ahora y nosotros no tenemos un borrador.

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