Su trayectoria política como militante de la Democracia Cristiana corre casi a la par con la de su representación parlamentaria, por lo que bien se puede hablar de una carrera meteórica. Y aunque no falta alguna voz disonante en el falangismo, la senadora y actual presidenta de la colectividad, Carolina Goic Boroevic, concita la admiración de muchos de sus pares y el respeto -incluso estima- desde el mundo masculino. Tal vez es eso lo que podría convertirla, dicen algunos de sus más optimistas partidarios, en la próxima presidenta de Chile.
Así y todo, la mayoría de ese grupo no la conoce muy profundamente, lo que da cuenta no sólo de que sus amistades más estrechas están fuera de la política, sino de que la senadora no se inició políticamente en las consabidas Juventud DC y Democracia Cristiana Universitaria (DCU), que es donde partió la mayoría de los dirigentes y representantes falangistas de su generación.
De ascendencia croata e hija de un connotado militante del partido, a quien hasta hoy recuerdan con cariño en la Falange, Pedro Goic, sólo ingresó a la DC invitada por el entonces timonel, senador Adolfo Zaldívar, para ser candidata a diputada por el distrito de Punta Arenas en las elecciones parlamentarias de 2005, para lo cual debió renunciar en junio de ese año al cargo de Seremi de Planificación de Magallanes, cargo en el que había sido designada por el ex presidente Ricardo Lagos en 2002.
Uno de los integrantes de su círculo cercano en el Congreso -además de los diputados Matías Walker y Sergio Espejo, que la acompañan en la mesa directiva del partido- es el diputado Fuad Chahín, quien compartió oficina con la actual senadora durante el período de marzo de 2010 a marzo de 2014, cuando él recién llegaba a la Cámara y ella tenía por delante su segundo período.
Durante tiempo en que compartieron oficina, Chahín tomó nota de algunas cualidades de Goic para el trabajo, ya que la define como “muy matea, muy metódica” y algo más importante aún, considerando el alto cargo que ostenta actualmente en el partido a sus 44 años y lo rápido que ha sido su ascenso político, “no adopta ninguna decisión producto de la improvisación”, lo que “no le impide tener un tremendo sentido de la oportunidad importantísimo, yo diría intuitivo, admirable”, enfatiza el jefe de la bancada de diputados DC, quien añade que “ella todo lo hace después de analizar todas las alternativas, todas las consecuencias. Ella conoce muy bien los tiempos para generar acciones políticas”.
Desde la vereda del frente, la diputada Claudia Nogueira (UDI) tuvo la oportunidad de compartir con Goic en la Comisión de Trabajo, la que integró durante los dos períodos que estuvo en la Cámara y de la que también es parte en el Senado, lo que da cuenta del particular interés que le generan estas materias sociales -lo que explica su título de Asistente Social de la Pontificia Universidad Católica-, y recuerda que “trabajamos juntas en varios proyectos” en esa comisión. También pudo compartir un poco más informalmente durante un viaje a Hawai al que el ex presidente Sebastián Piñera invitó sólo a mujeres.
En esa ocasión, la diputada UDI pudo notar que comparte con Goic la permanente preocupación de tener que pasar tiempo lejos de sus hijos, la senadora tiene dos niñas. “Son su orgullo”, afirma la diputada y con lo que coincide Chahín, ya que “lo que a Carolina lo que realmente le gusta es compartir con sus hijas. El tiempo que tiene, que no le dedica a la política, lo entrega al mil por ciento a sus hijas” y a su marido, Christian Kirk, que es fotógrafo.
Nogueira enfatiza que la senadora es “muy encantadora” y que su liderazgo “escapa a lo que en general solemos hacer las mujeres, que es ejercer un liderazgo muy fuerte, de levantar la voz, muy masculino; ella no, ella es muy firme en sus convicciones, pero pese a defender sus posturas con mucha vehemencia lo hace desde una posición que no genera anticuerpos, porque sabe expresar lo que piensa con un estilo muy conciliador”.
No son pocos los que recuerdan la “valentía” con la que enfrentó el cáncer que la obligó a una larga licencia hasta que regresó a la Cámara con los vestigios visibles de los tratamientos que enfrentó.
El secretario nacional del partido, Gonzalo Duarte, dice que “se comenta que es muy buena cocinera”, pero admite que él aún no lo ha comprobado. Él también tiene una mirada favorable hacia la senadora, aunque admite que no le puede caer bien a todos. De hecho, no son pocos los que aseguran que es “fría, implacable, ambiciosa, con cara de monja”.
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