Un alza que duplica la tasa que actualmente se cobra por concepto de Impuesto de Timbres y Estampilla contempla la reforma tributaria enviada hoy por Hacienda. Así, el gravamen, que actualmente es de 0,4% sobre las operaciones crediticias, pasará a 0,8%. En los últimos años, se ha intervenido este impuesto en varias ocasiones. Como parte de las medidas para enfrentar la crisis subprime, en 2009 el primer gobierno de la presidenta Michelle Bachelet lo redujo en forma transitoria de 1,2% a 0% para estimular la economía a través de un menor costo del crédito, para después subirlo a 0,6% en 2010. Luego, como parte del plan para la reconstrucción del país, tras el terremoto de febrero de 2010, la administración de Sebastián Piñera decidió reducirlo a 0,4% de manera permanente. Con todo, según anunció ayer la presidenta , "esta medida no va a afectar a la micro y pequeñas empresas, las que podrán continuar descontando lo que paguen con cargo a este impuesto de sus pagos de IVA".
Reacciones
Desde la industria financiera hay otra lectura. El gerente general de un banco apunta a que el impacto será marginal, ya que las grandes empresas tienen caja para enfrentar mayores costos del crédito, aunque reconoce que para las personas el impacto puede ser mayor. En esa línea, el director de una entidad financiera explica que el mayor efecto es para aquellos que piden préstamos de montos bajos y plazos cortos, típicamente mypimes y personas.
Otro ejecutivo apunta a que el alza en 0,4 puntos básicos tendrá un fuerte impacto sobre el IPC del mes que se empiece a aplicar. Cifras del Servicio de Impuestos Internos (SII), señalan que a 2012 – con un 0,4% de gravamen - la recaudación por este impuesto llegó a US$ 667 millones, equivalente al 0,2% de la carga tributaria total.
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