La jornada estuvo cargada de rumores en la bolsa argentina, por eso encontrar una única explicación para el desplome de casi 10% que se vivió ayer en la plaza local era imposible para los operadores. Lo que sí es cierto es que en el “miércoles negro” el índice de referencia Merval llegó a caer hasta 9,9%, para luego cerrar con una baja de 8,96%, en 25.921,08 puntos.
Esto marca su mayor descenso desde el 16 de junio de 2014, y justo un día después de que las autoridades reportaran que la actividad económica se contrajo en abril, tras trece meses consecutivos de crecimiento, en medio de un desplome del peso y una inflación superior a 25%.
“No es claro. El castigo al equity local parece muy exagerado. Es claro que hay sell off de emergentes en general, y los índices líderes globales están negativos, pero igual es exagerado”, dijo un analista del mercado al diario local El Cronista, intentando buscar una explicación en el aumento de la retórica confrontacional entre Estados Unidos y sus socios comerciales, que ha provocado una aversión al riesgo.
Desde hace días resuena además en la City porteña el rumor de que el gobierno podría imponer un impuesto a las acciones, lo que también pudo pesar en los ánimos.
Pero más allá de algo puntual, el derrumbe parece reflejar el nerviosismo que se está instalando entre los inversionistas sobre si el gobierno de Mauricio Macri será capaz de enfrentar los desafíos del ajuste que comprometió con el Fondo Monetario Internacional para obtener ayudar por US$ 50 mil millones, cuyo primer tramo recibió la semana pasada.
Y, si es capaz de aplicarlo, qué impacto tendrá en la intención de voto en las elecciones presidenciales de 2019, donde hasta ahora vislumbra como su mayor amenaza una candidatura de la expresidenta Cristina Fernández.
El riesgo país se elevó a 578 puntos, su mayor nivel desde octubre de 2015, mientras que el dólar subió 30 centavos, acercándose a los 28 pesos argentinos. En mayo, cuando el dólar llegó a 23 pesos, la Casa Rosada solicitó la ayuda financiera al FMI.
Cae el entusiasmo
Según analistas, la caída del Merval -que ya suma cuatro descensos consecutivos- y la devaluación del peso demuestran que ya se desvaneció el entusiasmo de los operadores por la recategorización de Argentina como “mercado emergente” por parte del MSCI -que prometía el ingreso de nuevos fondos- y lo que predomina ahora es la preocupación por el rumbo económico.
“Nos desenganchamos de los avatares de los mercados de referencia y las acciones siguen descontando un mal escenario económico para los próximos meses”, comentó la firma Rava Bursátil en su informe diario.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec) informó el martes que su índice mensual de actividad económica se contrajo 0,9% en abril, frente al año anterior, en lugar del crecimiento de 2,1% que se esperaba.
El mal desempeño estuvo influenciado por la fuerte sequía que afecta al país, pero no toma en cuenta todavía la corrida bancaria que se manifestó con fuerza en mayo, y que podría manifestarse en una contracción aún mayor.
El mismo martes el gobierno admitió que la devaluación de casi 50% que acumula el peso tendrá un impacto recesivo. Con esto, Argentina caería en su quinta recesión en una década.
Crece la insatisfacción
El descontento popular con el deterioro económico y el ajuste que está implementando Macri quedó de manifiesto el lunes, cuando se produjo el mayor paro en el país desde la crisis de 2001, una huelga que paralizó el transporte público e importantes sectores productivos.
Una encuesta de la Universidad de San Andrés, difundida ayer, mostró que la insatisfacción de la población con la situación actual llegó a 71% en junio, su mayor nivel en dos años.
Sólo un 26% de quienes participaron se manifestaron “satisfechos” con cómo marchan hoy las cosas en Argentina, el nivel más bajo desde mayo de 2016. Esto es además menos de la mitad del 53% que decía estar “satisfecho” en octubre del año pasado, cuando se realizaron las elecciones legislativas.
La aprobación de la gestión del presidente, en tanto, experimentó un ligero repunte de 3 puntos frente al mes anterior, llegando a 45%, pero sigue estando por debajo del nivel de desaprobación, de 53%. Con excepción de mayo, el mandatario enfrenta el nivel de aprobación más bajo de su mandato.
A pesar de eso, el partido oficialista Cambiemos se mantiene como el favorito (aunque en minoría) para las elecciones presidenciales del próximo año.
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