Las esperanzas de que una eventual guerra comercial entre las dos principales economías del mundo se enfriara, tal y como Estados Unidos y China asomaron el lunes, empezaron a desvanecerse ayer luego de que se diera a conocer que la administración de Donald Trump estaría considerando llevar a cabo una ofensiva en contra de las inversiones del gigante asiático en materia tecnológica.

Según fuentes cercanas al asunto, autoridades del Departamento del Tesoro estarían evaluando invocar una ley reservada para emergencias nacionales, entre otras opciones, para identificar sectores tecnológicos en los que las empresas chinas no podrán invertir, como los semiconductores y las comunicaciones inalámbricas 5G.

Además, Trump tendría estipulado aplicar “otras medidas”, según explicó el secretario del Comercio, Wilbur Ross, en una entrevista televisiva.

La noticia borró el avance que habían logrado los mercados el día anterior, tras el anuncio de que Washington y Beijing estarían negociando la aplicación de aranceles y cómo disminuir el desequilibrio comercial entre ambas naciones.

Castigo a Beijing

Las restricciones serían el último paso en el plan del titular de la Casa Blanca para castigar al gobierno de Xi Jinping, por lo que considera son violaciones de los derechos de propiedad intelectual en EEUU.

El jefe de Estado pidió al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, considerar las restricciones de inversión a firmas chinas luego de que se revelaran los resultados de una investigación sobre las prácticas de propiedad intelectual.

Mnuchin tendría 60 días, desde el 22 de marzo, para proponer acciones ejecutivas para abordar las preocupaciones sobre las inversiones chinas en industrias o tecnologías “consideradas importantes” para EEUU.

A pesar de que los inversionistas se han enfocado, principalmente, en el anuncio de la aplicación de aranceles a las importaciones del gigante asiático, las nuevas acciones podrían profundizar la desaceleración de las inversiones chinas en territorio estadounidense.

“Habrá limitaciones en las inversiones extranjeras”, aseguró ayer Ross, antes de explicar que mientras esté pendiente la legislación -tanto en el Senado como en la Cámara de Representantes para impulsar el Comité de Inversión Extranjera en EEUU-, el panel que actualmente revisa las adquisiciones extranjeras será parte de la respuesta.

Made in China 2025

Según expertos, el objetivo principal de Washington apunta a reducir al máximo la estrategia china de alto nivel, llamada “Made in China 2025”, que tiene como fin convertir a varias compañías en líderes mundiales en sectores como la robótica, semiconductores, aviación e informática.

Un elemento crucial del plan de desarrollo de Beijing ha sido asociarse con empresas extranjeras o adquirir tecnologías en el extranjero que ayudarán a los grupos locales a alcanzar el dominio global en sus respectivas industrias. Son estas compañías las que estarían en la mira de EEUU.

A inicios de mes, Trump bloqueó la compra de Qualcomm por parte de Broadcom, enviando un mensaje de que su administración no vería con buenos ojos ningún acuerdo que dé a China una ventaja en el sector tecnológico.

El año pasado, también prohibió la adquisicón del fabricante de chips Lattice Semiconductor por parte de una firma de capital privado respaldada por un administrador de activos estatal chino.

Volatilidad en mercados

Los mercados vivieron ayer una jornada volátil, después de que los principales índices de EEUU registraran el lunes su mejor día desde 2015.

A pesar de haber logrado recuperarse durante el día, al cierre de la jornada el promedio industrial Dow Jones cayó 1,43% hasta los 23.857,71 puntos y el índice S&P 500 perdió 1,73% a 2.612,62 unidades. El Nasdaq, en tanto, retrocedió 2,93% hasta 7.008,81 puntos.

La misma suerte, pero con mayor impacto, la corrieron las tecnológicas. Facebook, Nvidia, Tesla y Twitter cayeron fuerte en bolsa. La red social de microblogging se desplomó más de un 12% después de que Citron Research anunciara que no tenía suficientes acciones y que la compañía era “más vulnerable” a las regulaciones de privacidad.

Confianza del consumidor cae en marzo, primera baja del año

La Conference Board de Nueva York publicó ayer una sorpresiva baja en la confianza de los consumidores de EEUU en marzo, en una señal de cautela sobre la recuperación de la primera economía mundial. La entidad reportó que el indicador cayó de 130 puntos registrados en febrero a 127,7, muy por debajo de las expectativas de los economistas que apuntaban a un alza hasta las 131 unidades.

Asimismo, la medición de condiciones económicas actuales bajó de 161,2 a 159,9 puntos, mientras que la de expectativas de los consumidores cayó de 109,2 a 106,2. La lectura refleja que una proporción más pequeña de encuestados prevé que habrá mejores condiciones empresariales en los próximos seis meses: en febrero habían sido 25% y en marzo fueron 23%.