El presidente Donald Trump anunció ayer que sacará a Estados Unidos de un histórico acuerdo para evitar que Irán desarrolle armas nucleares, y que volverá a imponer sanciones económicas a Teherán, desafiando los llamados de sus cercanos a mantenerse en el pacto.
“Estoy anunciando hoy (martes) que EEUU se retirará del acuerdo nuclear con Irán”, dijo Trump en la Casa Blanca. La decisión marca una dura derrota para los aliados europeos de EEUU, que han pasado meses tratando de convencer a Trump de que se mantuviera en el acuerdo. De hecho, el presidente francés Emmanuel Macron y la canciller alemana Angela Merkel trataron el tema en sus visitas recientes a Washington.
Analistas advierten además que la decisión de Trump podría poner en riesgo aún más la estabilidad en Medio Oriente y tener repercusiones para las grandes empresas que han hecho negocios con Irán tras la firma del tratado en 2015.
“Este era un acuerdo horrible, que sólo beneficiaba a una parte y que nunca, jamás, debió firmarse. No trajo calma, no trajo paz, y nunca lo hará”, aseguró. El presidente también anunció que establecería “el nivel más alto de sanciones económicas” contra el régimen iraní.
El Departamento del Tesoro de EEUU especificó que todas las sanciones relacionadas con el desarrollo de armas nucleares se reimpondrían al final de un período de transición de seis meses.
Las sanciones incluyen la prohibición de que los iraníes accedan a dólares estadounidenses, y la administración Trump retomará los esfuerzos para evitar que el petróleo iraní circule en el mercado internacional.
Crítica de Obama
El acuerdo -elaborado por EEUU, otras cinco potencias internacionales e Irán- alivió las sanciones contra el país a cambio de que Teherán limitara su programa nuclear.
Trump dijo que el acuerdo -uno de los principales logros de la política exterior de su predecesor, el demócrata Barack Obama- no aborda el programa de misiles balísticos de Irán, sus actividades nucleares más allá de 2025 ni su papel en los conflictos en Yemen y Siria.
Obama fue uno de los primeros en criticar la decisión diciendo que era un “grave error”. “El constante incumplimiento de los acuerdos de los que nuestro país forma parte implica el riesgo de erosionar la credibilidad de EEUU y nos pone en desacuerdo con las principales potencias del mundo”, escribió el expresidente en un comunicado.
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