El 2014 será un año complejo, que el Fondo Monetario Internacional ha denominado "de transición". Aunque la crisis financiera que azotó al mundo en 2008 finalmente está comenzando a quedar atrás, la recuperación global todavía no es definitiva.
El principal punto de inflexión será la política monetaria de Estados Unidos, donde luego de seis años de masivo estímulo, las autoridades finalmente comenzarán a retirar las medidas de apoyo extraordinario a la economía.
Este evento traerá un enorme desafío para los mercados emergentes, a medida que el alza en las tasas de interés en las naciones industrializadas amenaza con arrastrar los enormes flujos de capital que durante años impulsaron el crecimiento de los países en desarrollo. ¿Cómo afectará este panorama a Chile? El Ministro de Hacienda Felipe Larraín asegura que el país se ha venido preparando en los últimos años para este momento, gracias a una mezcla de crecimiento sólido, bajo desempleo e inflación controlada.
Pero las incertidumbres persisten, especialmente por las enormes expectativas que se han generado en la población y que se exacerbaron con la última elección presidencial. Para el economista y director ejecutivo de IM Trust – Credicorp Capital, Guillermo Tagle, la clave está en resolver lo desafíos que plantea la desigualdad sin abandonar el enfoque en el crecimiento.
Pero los riesgos internos no son los únicos. En medio de una recuperación de EEUU, la situación de Europa sigue siendo frágil, recuerda el consejero del Banco Central, Sebastián Claro. Si las autoridades del bloque no siguen avanzando hacia la integración, las amenazas para la economía mundial podrían resurgir. Las visiones de estos tres expertos son un excelente complemento al análisis elaborado por Bloomberg BusinessWeek en su reporte "2014: The Year Ahead", donde aborda a través de una serie de artículos las principales interrogantes que deberán resolver las empresas y autoridades en las mayores economías del mundo y en algunas de las principales industrias, como la banca y el mercado energético.
Chile a las puertas del desarrollo
Felipe Larraín B.
Ministro de Hacienda
Restan poco más de dos meses para que finalice el gobierno del Presidente Piñera y podemos decir con orgullo que Chile logró recuperar su capacidad de crecimiento, gracias al esfuerzo de todos los chilenos y a una conducción económica responsable.
Como todas las grandes tareas, no ha sido fácil. A pocos días de iniciar el gobierno, nuestro país enfrentó uno de los terremotos más grandes de la historia y debimos convivir estos años con un complejo escenario internacional de recesión en Europa y de debilidad en Estados Unidos, ambos importantes socios comerciales.
Es cierto que falta mucho por hacer. Pero hemos avanzado harto en estos cuatro años no sólo en generar un ambiente propicio para aumentar la tasa de crecimiento, la inversión y el empleo, sino que además para reducir la pobreza y la desigualdad. Podemos derrotar la pobreza y avanzar decididamente hacia menores brechas de ingreso en un futuro no tan lejano, si el país continúa por una senda de desarrollo sostenible y evitando los cantos de sirena de quienes creen que hay que hacerlo todo de nuevo. En esta misión no hay milagros ni recetas fáciles, sólo trabajo serio y responsable.
Hoy, son muy pocos los países en el mundo que pueden mostrar la trilogía virtuosa de bajo desempleo, crecimiento económico e inflación contenida que exhibe Chile.
Al comenzar nuestro gobierno, nos encontramos con un devastador terremoto y una economía que creciendo sólo 3,3% promedio durante 2006-2009. Estamos contentos porque en los primeros tres años de nuestra administración logramos un crecimiento de 5,8%, y pese a la desaceleración de 2013, cerraremos el promedio 2010-2013 con una cifra en torno a 5,5%.
Para 2014 proyectamos en septiembre pasado un crecimiento de 4,9%. Más allá del debate sobre este pronóstico, es válido preguntarse ¿por qué si el mundo tendrá el próximo año un mayor dinamismo, Chile no tendrá un comportamiento similar? De acuerdo al FMI, el mundo va a crecer 0,7 puntos más en 2014 que este año, ¿por qué Chile no puede crecer del orden de medio punto más que en 2013? Por supuesto, esta es una estimación y no está —por cierto— garantizada. Pero si a Chile le va peor el próximo año no le podremos echar la culpa al mundo; en ese caso, debemos buscar las explicaciones acá adentro y no afuera.
En una economía sana también deben existir bajos niveles de inflación, lo que ha ocurrido gracias al manejo del Banco Central y al aporte de la política fiscal. En doce meses el IPC da cuenta de un alza de 2,4% anual, es decir, en la parte baja del piso del rango de tolerancia del instituto emisor.
Otro tema destacable es el avance en la posición fiscal. Nuestro gobierno recibió el país con un déficit estructural de 3,1% del PIB y lo dejaremos en 1%; es decir, reduciremos en algo más de dos puntos del PIB el déficit estructural, esto es, unos US$ 6.000 millones anuales de esfuerzo fiscal en reducción del déficit.
Pero nuestro esfuerzo por fortalecer la posición fiscal de Chile no termina aquí. A septiembre de este año, el gobierno logró recuperar el nivel de los fondos soberanos previo a la crisis de 2009. A fines de 2008 el Fondo de Estabilización Económico Social (FEES) y el Fondo de Reserva de Pensiones (FRP) sumaban US$ 22.717 millones. Sin embargo, en 2009 se realizó un uso muy significativo de los recursos del FEES, cercano a los US$ 9.000 millones, para cubrir el déficit fiscal de ese momento. A octubre de 2013, los fondos ya se ubicaban en US$ 23.075 millones.
Asimismo, durante este gobierno pusimos en funcionamiento el Consejo de Estabilidad Financiera (CEF) y el Consejo Fiscal Asesor para fortalecer la institucionalidad financiera y fiscal, respectivamente.
Todos estos logros no son simplemente palabras o cifras vacías. La labor del Ministerio de Hacienda es sentar las bases para un crecimiento económico sustentable y sostenido que permita una mejor calidad de vida para todos los chilenos y chilenas, crear más y mejores oportunidades y derrotar la pobreza. En definitiva, esto se traduce en mejoras concretas en la vida cotidiana de las personas y lo hace a través de varias vías. Una vía directa es que el crecimiento permite que se creen nuevos puestos de trabajo: tenemos ya más de 860 mil nuevos empleos desde el comienzo de este gobierno junto a un nivel de desocupación cercano al pleno empleo.
Además, el sólido crecimiento de los últimos años nos ha permitido implementar importantes avances para ir en ayuda de los chilenos y chilenas más vulnerables, como la eliminación del 7% de cotización de salud para los jubilados, la extensión del posnatal a seis meses, el subsidio al empleo de la mujer y el bono bodas de oro, junto a la introducción del ingreso ético familiar. A fines de noviembre logramos despachar en el Congreso dos importantes proyectos, como la reducción de la Tasa Máxima Convencional (TMC) y la Ley Única de Fondos (LUF).
Al final, la mejor fórmula para combatir la pobreza y la desigualdad es el crecimiento y el empleo, que permiten dar más y mejores oportunidades para todos los chilenos, como ha quedado demostrado en estos 4 años. Debemos cuidar lo logrado y velar por nuestras instituciones pensando en mejorarlas, pero no en hacer todo de nuevo. Tenemos la satisfacción de que nuestro gobierno va a dejar un país mucho mejor del que recibió. Dejamos un Chile que está muy bien encaminado para llegar al desarrollo.
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