Técnicos creen que reto de la nueva oficina Presupuestaria será quedar ajena a la presión política

Una nueva institución en materia fiscal comenzó a operar en el país. Se trata de la Oficina Presupuestaria del Congreso, entidad que tiene como fin no solamente hacer un seguimiento a la Ley de Presupuestos, sino que también dotar al Parlamento de una contraparte ante el Ejecutivo, específicamente al organismo dependiente del Ministerio de Hacienda, la Dipres, que se encarga de la correcta asignación y el uso eficiente de los recursos públicos autorizados en el erario.

La creación de la instancia motivó que ayer distintos parlamentarios de las respectivas comisiones de Hacienda, además del presidente en ejercicio de la Cámara de Diputados, Jaime Mulet, lideraran la realización de un seminario dedicado a analizar los desafíos institucionales que tendrá la Oficina, que comenzará operando con nueve profesionales y dos técnicos, a la espera de que se nombre a su director ejecutivo.

En ese sentido, la opinión de los distintos expertos invitados a exponer, fue unánime a la hora de advertir sobre la falta de autonomía e independencia política que podrían comprometer el trabajo de la entidad hacia adelante.

Uno de los primeros en apuntar a este riesgo fue el académico de la Escuela de Gobierno de la Universidad de Chile, Rodrigo Wagner, quien sostuvo que el futuro mandamás debe contar con una “independencia razonable para a veces poder dar malas noticias”.

Ante eso, llamó a “desarrollar el perfil del cargo que se necesita y cifró como clave en ese sentido las contrataciones iniciales.

Le siguió el exdiputado y expresidente de la comisión de Hacienda de la Cámara, Ernesto Silva, quien destacó la creación de la instancia ya que “el solo hecho de que exista una oficina es un incentivo ex ante al Ejecutivo para restringirse” y pidió que en un futuro la instancia también entregue sus propias estimaciones sobre los parámetros estructurales que se usan en la elaboración del presupuesto.

Silva coincidió en la relevancia de la figura del director, remarcando la dificultad que tendrán los legisladores para elegir a alguien idóneo para el cargo, por “todas las limitaciones políticas que van a tener y de recursos”.

En su óptica, quien asuma el cargo debiera ser “o un economista o un experto en políticas públicas cuya opinión sea indiscutiblemente reconocible como una voz seria, sólida y responsable”.

La directora ejecutiva del Observatorio Fiscal, Jeanette von Wolffersdorff, también valoró la creación de la entidad como parte de una tendencia vista en los países de la OCDE, donde han triplicado las instituciones independientes en esta materia, las que a su juicio “deben entenderse como parte de la arquitectura moderna para la gestión pública”.

Y aunque destacó que esta entidad puede apoyar el trabajo de Hacienda en el futuro porque “promueven calidad y credibilidad de las políticas fiscales”, advirtió que el diseño actual de la Oficina Presupuestaria apunta a que “que esta dirección no tendría eventualmente la suficiente autonomía”.

Bajo su lógica, la manera de definir el cargo es que “ojalá pudiéramos tener un director ejecutivo contratado con un proceso vía ADP, aunque sea paulatinamente” y remarcó la importancia de contar con “una oficina de alta calidad y con independencia operacional desde el inicio”.

A ello sumó desafíos tecnológicos en el uso de los datos disponibles para permitir la utilización de herramientas de análisis para suplir las falencias de la “mala calidad de la información que se entrega” en las discusiones presupuestarias.

En esa línea, afirmó que el director “no debería ser alguien que haya trabajado en la Dipres, sino que sea alguien que sepa de Data”.

Los recados del exdirector de Dipres por los gastos reservados

En su exposición, el exdirector de la Dirección de Presupuestos, Sergio Granados, se mostró favorable a la creación de la Oficina Presupuestaria del Congreso. Sin embargo, ante las opiniones que cuestionaron la calidad de los datos que aporta Dipres, sacó a relucir el poco uso de una de las herramientas que se implementó en su gestión, conocida como Datos Abiertos.
Al respecto, Granados afirmó que la discusión en torno a los gastos reservados de las Fuerzas Armadas "no se ha realizado un discusión de fondo con la transparencia que el tema amerita".
Según dijo, todos esos gastos "se obtienen de la contabilidad que publica en Datos Abiertos", y tras hacer un ejercicio de revisión, aseguró que la información sobre los niveles de gasto y sus destinos "puede generarse con los datos que están vigentes y puede generar información necesaria y pertinente para la discusión que hoy día se está desarrollando. En eso, incluso cuestionó la necesidad de que la subsecretaría de FFAA cuente con gastos reservados. "La evidencia está disponible en portales públicos", remarcó.