Economía

China envía un mensaje conciliador a Trump, las Coreas y sus vecinos

Li Keqiang se esmeró a fondo en ofrecer, ante una audiencia global, el lado más amable y diplomático del Gobierno de Beijing.

Por: EFE | Publicado: Miércoles 15 de marzo de 2017 a las 07:41 hrs.
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El primer ministro chino, Li Keqiang, se esforzó hoy en enviar un mensaje conciliador y evitar que su país se ahogue en conflictos, tanto comerciales con EEUU o la UE, como político-militares en la península coreana y el Mar de China Meridional.

En su única conferencia de prensa anual, Li eludió dar detalles concretos y tampoco realizó anuncios de calado, pero sí se esmeró a fondo en ofrecer, ante una audiencia global, el lado más amable y diplomático del Gobierno de Beijing, aunque sin renunciar a sus postulados tradicionales.

Así, el jefe del Ejecutivo recalcó nada más empezar que China "no quiere una guerra comercial" con Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, usó al gigante asiático y su superávit comercial como uno de los ejes de su campaña electoral.

Li subrayó el punto de vista chino de que una guerra comercial no resultaría en un comercio más justo, de que una política de puertas cerradas "no hará ganador a nadie".

Mientras Pekín y Washington trabajan en una posible cumbre cercana entre Trump y el presidente chino, Xi Jinping, el primer ministro chino recalcó: "frente a las diferencias que tengamos", las dos potencias deben "defender los intereses estratégicos" mutuos.

La crisis de la península coreana fue otro de los temas centrales, tras unos meses en los que los ensayos militares norcoreanos, las nuevas sanciones de la ONU a Pyongyang, el asesinato de Kim Jong-nam en Malasia y el inicio del despliegue del escudo antimisiles THAAD en Corea del Sur han llevado la tensión a niveles considerables.

"China está comprometida con la paz y la estabilidad en la península coreana (...) Nadie quiere ver el caos a sus puertas", afirmó el primer ministro.

Sin embargo, no detalló nuevos pasos o ideas para intentar reducir la tensión, una vez que EEUU y Corea del Sur han rechazado la idea presentada la semana pasada por Pekín de que Pyongyang cese sus ensayos de armas de destrucción masiva de forma simultánea a un parón en las maniobras de Seúl y Washington.

De forma similar, Li Keqiang ofreció el rostro amable ante Hong Kong (que elige al jefe del Gobierno regional en once días), en unos comicios marcados por la creciente injerencia china en asuntos políticos internos de la excolonia británica.

Pero Li aseguró que el eslogan "un país, dos sistemas" se mantendrá y que su Gobierno estudia crear un vínculo entre el mercado de bonos del Bolsa de esa ciudad y el chino, tras las conexiones de las bolsas ya en marcha.

Igualmente se esforzó por mostrarse conciliador con Taiwán, la isla con la que han crecido las tensiones tras la llegada al poder en mayo del año pasado del independentista Partido Demócrata Progresista, y apostó por el "desarrollo pacífico" de las relaciones entre "hermanos", si bien rechazó tajantemente el independentismo.

En otro conflicto regional, el del disputado Mar de China Meridional, manifestó que ninguna parte debería sentirse "obligada a escoger bandos", en referencia a Pekín y Washington.

Li Keqiang defendió también la posición china en defensa de la globalización, un concepto cada vez más criticado entre el desarrollo global de los populismos.

La retirada de EEUU del Acuerdo de Asociación Transpacífico (TPP) ha dejado a China como uno de los puntales del libre comercio, a pesar de las continuas quejas exteriores hacia Pekín por sus todavía importantes restricciones a las inversiones y al comercio extranjeros en su territorio.

Li prometió que la economía china seguirá abriéndose, aunque de forma "gradual" y que Pekín quiere participar activamente en la gobernanza mundial para gestionar los problemas del comercio internacional, a la vez que mantuvo que China continuará promoviendo acuerdos comerciales.

Algunas de las quejas más fuertes contra las restricciones chinas han procedido de la Unión Europea (UE), y Li aseguró (sin dar detalles) que se ampliará el acceso a las compañías europeas al enorme mercado chino.

El primer ministro señaló que el gran déficit comercial de la UE con China (180.000 millones de euros en 2015) podría ser menor si Bruselas permitiera las exportaciones al gigante asiático de alta tecnología, actualmente bajo restricciones.

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