Economía

Daniel Zovatto: “Una sobreactuación de Trump corre el riesgo de victimizar a Maduro”

El director para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional, Daniel Zovatto, señala, en tanto, que una presión norteamericana “bien calibrada y coordinada con el Grupo de Lima” es necesaria para ayudar a resolver la grave crisis de Venezuela.

Por: Rocío Montes | Publicado: Viernes 22 de febrero de 2019 a las 04:00 hrs.
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El analista argentino Daniel Zovatto, director regional para América Latina y el Caribe de IDEA Internacional –una organización intergubernamental que apoya el fortalecimiento de la democracia a nivel global–, medio en broma medio en serio entrega un dato ejemplificador para graficar lo que se puede esperar de este 2019: “Según la astrología china, en febrero acaba de iniciar el año del ‘chancho’ y todo indica que será complejo, intenso, con altos niveles de volatilidad y sobre todo de incertidumbre”. Continúa, ahora totalmente en serio: “Como bien señala Daniel Franklin, editor del informe The World in 2019 de The Economist, el mundo a inicios de este año se muestra “tembleque” (wobbly). En efecto, la agenda internacional está llena de eventos que podrían complicar la marcha de la economía, crear nuevos focos de tensiones geopolíticas o agravar algunos de los ya existentes”. Incluso, relata Zovatto –diplomático con residencia en Santiago de Chile, donde IDEA Internacional tiene su sede para la región latinoamericana– este año se podría “ahondar la actual ‘recesión democrática”.

–¿Cuáles son los eventos a los que debemos atender este 2019?

–Entre otros, destacan: las crecientes tensiones entre los Estados Unidos y China en el terreno comercial y tecnológico; el enfrentamiento entre Trump y la mayoría demócrata en la Cámara Baja sobre varios temas, incluida la reciente declaración de emergencia nacional y la construcción del muro en la frontera con México; las elecciones parlamentarias europeas de mayo y el peligro del avance del populismo como resultado de las mismas; las complejas y decisivas negociaciones del Brexit; la evolución de los conflictos en Afganistán, Siria y Yemen; las tensiones en materia nuclear con Irán y las negociaciones sobre este mismo tema con Corea del Norte; la consolidación del liderazgo mundial de China y de Xi Jinping; los intentos, cada vez más osados de Putin, dirigidos a reposicionar geopolíticamente a Rusia, así como un largo etcétera.

–Usted ha escrito sobre los riesgos asociados a la tecnología…

–Exactamente. Durante los últimos años, los riesgos asociados a los ataques cibernéticos han venido en aumento, junto a la proliferación de las noticias falsas, con graves consecuencias para la legitimidad de los procesos electorales y la gobernabilidad democrática.

–¿En qué medida las noticias falsas afectan la estabilidad democrática?

–El aumento de las noticias falsas amenaza las democracias. Pero más que un problema per sé son el síntoma de un problema más grave y complejo. En los últimos años el uso creciente del Internet y de las redes sociales ha puesto contra las cuerdas a los medios tradicionales, provocando un cambio profundo en la formación de la opinión pública, así como en la política y en las campañas electorales. Pero estos mecanismos y plataformas, si son bien regulados y utilizados, pueden asimismo desempeñar efectos positivos tanto en los procesos electorales como en la democracia. Por ello, en mi opinión, la prioridad pasa por contrarrestrar de manera efectiva y decidida la intoxicación informativa y la desinformación con fines políticos, pero librando este combate con suma prudencia para no incurrir en una violación a la libertad de expresión.

–En términos económicos, ¿cómo ve a América Latina?

–América Latina volverá a crecer, pero lo hará de manera débil. El panorama social y laboral permanecerá estancado. La CEPAL proyecta un débil crecimiento económico promedio de solo 1,7%, en un escenario internacional con mayores incertidumbres, si bien con una diferencia importante entre las subregiones y entre los países.

–¿Cómo irá el crecimiento de Sudamérica?

–Un 1,8% con Venezuela y 2,2% sin Venezuela. México crecerá un 2%, la tasa más baja de los países de la Alianza del Pacífico. Sus otros tres miembros –Perú, Chile y Colombia– crecerán entre el 3% y el 4%. Venezuela, de continuar la actual megacrisis, volverá a sufrir una fuerte caída de su PIB agravado por una hiper-inflación. La evolución de la economía argentina estará muy condicionada por las elecciones presidenciales de octubre próximo. Las buenas noticias deberían venir del lado de Brasil (si Bolsonaro y su ministro de Economía, Pablo Guedes, aciertan con su política económica ultraliberal) y, sobre todo, de Panamá, República Dominicana, Bolivia y Paraguay, cuyas economías crecerán entre el 4 y el 6%.

–¿Qué se puede esperar en materia política para la región?

–Tendremos una intensa maratón electoral con seis elecciones presidenciales (Panamá, Guatemala, Bolivia, Argentina y Uruguay y la de El Salvador, del pasado 3 de febrero). Anticipo un alto nivel de polarización, mayor conflictividad social y una gobernabilidad más compleja en varios países de la región. Es probable que las graves crisis venezolana y nicaragüense entren a una nueva etapa. En Haití, el gobierno de Juvenel Moise atraviesa por un difícil momento como consecuencia del acelerado desgaste que afecta a su presidencia a tan solo dos años de haber asumido. Cuba celebrará este domingo un referéndum con el objetivo de aprobar la nueva Constitución que fue adoptada por la Asamblea Nacional del Poder Popular, el pasado 22 de diciembre.

–¿Qué se espera de las tres elecciones sudamericanas?

–En las tres elecciones sudamericanas predomina la incertidumbre. En Bolivia, Evo que lleva 13 años en el gobierno, intentará por todos los medios conquistar su cuarto mandato consecutivo en unas elecciones muy cuestionadas. A la fecha, todo pareciera indicar que deberá ir a una segunda vuelta muy disputada frente al expresidente Carlos Mesa quien, según las encuestas, podría derrotarlo si logra articular una amplia coalición anti-Evo.

–¿Y Argentina?

–En Argentina, pese al difícil contexto socioeconómico y al fuerte desgaste sufrido durante su primer período, Macri buscará ser reelecto. Para ello deberá competir con la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner (CFK), si esta decide presentarse y, eventualmente, también deberá competir con un tercer candidato del llamado “peronismo federal”, como podría ser el exministro de economía Roberto Lavagna, quien ha irrumpido recientemente en las encuestas si bien detrás, por ahora, de Macri y de CFK. Finalmente, en Uruguay, el Frente Amplio buscará mantenerse en el poder por un tercer mandato consecutivo; objetivo que desde la oposición, tanto el partido Blanco como el Colorado, intentarán frustrar.

–¿Qué situaciones nacionales se deberían monitorear con particular cuidado?

–La evolución de las nuevas presidencias de Jair Bolsonaro en Brasil, AMLO en México e Iván Duque en Colombia por su peso regional, al ser la primera, segunda y cuarta economías de América Latina. Los nuevos mandatarios deberán concentrar su energía en recuperar la confianza ciudadana con la política, aprender a gobernar en un contexto complejo y de alta volatilidad e incertidumbre y, sobre todo, producir resultados y cumplir con sus promesas rápidamente. Caso contrario, la desilución podría gatillar una acelerada pérdida de apoyo popular, un aumento de la conflictividad y una gobernabilidad crecientemente compleja.

“Choque de trenes” en Venezuela

–Venezuela es un caso aparte…

–Venezuela es una crisis grave y múltiple –económica, política, humanitaria, etcétera­– en la que todos los escenarios están abiertos. La actual coexistencia de dos presidentes, uno ilegítimo pero que ejerce de facto el poder y cuenta por ahora con el apoyo de la cúpula militar, Nicolás Maduro, y el otro legítimo pero de carácter interino, Juan Guaidó, no podrá mantenerse por demasiado tiempo. Si las diversas iniciativas que actualmente buscan favorecer una transición negociada y pacífica vía elecciones fracasa, entonces me temo podrían cobrar fuerza las opciones violentas: una mayor represión de parte del régimen autoritario; una salida militar interna que ponga fin al gobierno de Maduro; o bien una intervención armada bajo diversas modalidades, incluida la de la Responsabilidad de Proteger.

–Mañana, 23, será un día clave…

–La promesa de Guaidó de que “este 23 de febrero la ayuda humanitaria entrará a Venezuela sí o sí”, y la enérgica respuesta, en sentido contrario, de parte de Maduro afirmando que “Venezuela no va a permitir el show de la ayuda humanitaria falsa, porque no somos mendigos de nadie” anticipa el riesgo de un “choque de trenes”. La manera en que se desarrollen los hechos y la posición que adopten las fuerzas armadas a partir de este sábado será clave para la definición del actual impase.

–Igualmente importante será la posición que adopte Estados Unidos.

–Trump ha reiterado en numerosas ocasiones que “todas las opciones están sobre la mesa”. Los cambios en la administración Trump con la llegada de tres halcones –Mike Pompeo como jefe de la diplomacia, John Bolton como asesor de seguridad nacional y Elliot Abrams como enviado especial para el tema de Venezuela– explica el endurecimiento de la política exterior norteamericana no solo en relación con Venezuela, sino también respecto de Nicaragua y Cuba. En mi opinión, la presión norteamericana bien calibrada y coordinada con el Grupo de Lima es necesaria para ayudar a resolver esta grave crisis. Por el contrario, una sobreactuación de Trump corre el riesgo de opacar a la oposición y victimizar a Maduro.

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