Economía

Macron cumple promesa de campaña y presenta emblemática reforma laboral

El gobierno presentó un proyecto que pretende facilitar los despidos y dar más flexibilidad a las empresas para negociar las condiciones de trabajo sin pasar por los sindicatos.

Por: María Akbulyakova | Publicado: Viernes 1 de septiembre de 2017 a las 04:00 hrs.
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Emmanuel Macron finalmente concretó su principal promesa de campaña, un cambio que considera central para la recuperación económica de Francia: anunció los detalles de su reforma laboral. En medio de una creciente desaprobación a nivel interno y de sus intentos por posicionarse como líder de sus pares europeos, el mandatario francés anunció cambios para disminuir el desempleo –uno de los más altos de Europa- e impulsar la actividad empresarial en el país.

El plan presentado ayer incluye un límite al pago por despido injustificado, lo que anteriormente quedaba en manos de los tribunales. A su vez, permite a las empresas multinacionales cerrar las fábricas que generan pérdidas de forma más fácil.

Las pequeñas compañías con menos de 50 trabajadores, que representan un 95% del sector empresarial, podrán negociar las condiciones de trabajo directamente con los empleados en lugar de hacerlo a través de los sindicados. Las grandes empresas, en tanto, tendrán facultades para negociar acuerdos específicos con los sindicatos, en lugar de tener que cumplir con las reglas más rígidas que rigen a cada sector.

En una entrevista publicada ayer por la revista Le Point, Macron afirmó que la reforma intenta “liberar la energía” de Francia y terminar con el “engaño” del país que es “duro con el débil, pero alardea sobre la igualdad”. Por su parte, el primer ministro, Edouard Philippe, quien presentó la reforma, afirmó que busca “recuperar los años perdidos”.

Este año la segunda economía de la zona euro ha visto caer su desempleo por debajo de la barrera de 10% por primera vez desde 2012, al 9,5% actual. Entre las razones que explican la cifra está el poco flexible código laboral del país, que hace prácticamente imposible despedir al trabajador por el alto costo que implica, lo que desalienta, a su vez, la contratación por parte de las empresas. “Somos el único país europeo grande que no ha ganado la batalla contra el desempleo”, dijo Macron la semana pasada.

Popularidad a la baja

Para Macron, flexibilizar el mercado laboral es el eje de su gobierno. “El nivel de protección del empleo en Francia es uno de los más estrictos en Europa, así que hasta las reformas mínimas podrían mejorar la competitividad de las empresas francesas”, afirmó Goldman Sachs en una nota a sus clientes en julio.

Sin embargo, desde su victoria abrumadora en mayo su popularidad ha caído a un nivel cercano a 30%, mientras que un 64% de los franceses no confía en sus planes laborales. Macron parece estar cómodo con eso: ayer afirmó que “tendrá que convivir durante meses conla impaciencia del pueblo” antes de que las reformas tengan efecto. Sin embargo, ante la impopularidad de las medidas, el gobierno no incluyó en su plan un aumento de la semana laboral actual de 35 horas ni recortes a los empleados públicos.

Apoyo de sindicatos

Antes de lanzar la propuesta, el gobierno buscó asegurar el apoyo de los sindicatos, jugadores poderosos de la escena política francesa. Dos de las tres mayores organizaciones apoyaron la reforma tras asegurar el aumento de paquetes de indemnizaciones por despido. Sin embargo, otro sindicado, CGT, nacido del Partido Comunista, se opuso a las medidas, convocando a una huelga para el 12 de septiembre.

La historia tampoco está a su favor: en 1995, Jacques Chirac tuvo que dar un giro en sus intentos de reformar el mercado laboral tras una huelga general. “No se necesita mucho para que la situación empiece a encenderse”, dijo a radio RCF Bruno Cautres, profesor de Sciences Po.

Desafío europeo

El parlamento de mayoría oficialista tendrá que aprobar la reforma en septiembre, en un procedimiento simple de ordenanza que evite discusión. Su éxito también ayudaría al país a cumplir con el compromiso de Macron ante la Unión Europea de mantener el déficit dentro del límite de 3% permitido por el bloque. “Es crucial para la credibilidad de Macron en el exterior, y particularmente con Alemania”, dijo Olivier Vigna, economista para Francia de HSBC.


 

Inflación de la zona euro se acelera a 1,5% en agosto

La inflación de la zona euro se aceleró en agosto, con el Índice de Precios al Consumidor subiendo 1,5% frente al mismo mes del año anterior, su mayor lectura en cuatro meses, tras un avance de 1,3% en julio. La cifra, entregada ayer por la oficina de estadísticas Eurostat, superó los pronósticos de los economistas consultados por Reuters, de 1,4%. El indicador subyacente, que excluye los precios de energía y alimentos, se mantuvo en 1,3%.


El avance de los precios aumentará la presión sobre el Banco Central Europeo -que se reúne la próxima semana- para que comience a delinear la estrategia de salida de su programa de alivio cuantitativo, que contempla la compra de activos por 60 mil millones de euros mensuales.


Sin embargo, tres fuentes cercanas al regulador comentaron ayer a Reuters que cada vez más miembros del consejo gobernador están preocupados por el creciente fortalecimiento del euro, que se ha apreciado más de 10% frente al dólar este año, ya que esto podría frenar la inflación y obstaculizar el crecimiento, elevando la posibilidad de que la salida del programa sea más lenta y gradual.


Datos separados publicados ayer mostraron que el desempleo de la zona euro se mantuvo en 9,1% en julio, su menor nivel desde febrero de 2009.

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