Economía

Michelle: una dama para la historia

Con su espontaneidad, fuerte personalidad y batallas en favor de los niños y las familias norteamericanas, la primera dama ha transformado el tradicional papel de la esposa de un presidente.S

Por: M. Gabriela Arteaga | Publicado: Viernes 29 de julio de 2016 a las 04:00 hrs.
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“Una mujer negra del sur de Chicago no se suponía que hoy estuviera aquí”. Así inició Michelle Obama su discurso en 2008, durante la primera convención demócrata con la que su esposo llegaría al poder. Ocho años después, siendo –por segundo período– primera dama de Estados Unidos, regresó al podio de la congregación con palabras que evocaron la misma superación, la unión “del país más grandioso del mundo” y los niños como pieza clave para el futuro.

La esposa del mandatario saliente logró, en poco más de once minutos, emocionar al público con un electrizante discurso en el que mostró un apoyo sin fisuras a la candidata Hillary Clinton, y con el que marcó la verdadera diferencia al dejar de lado cualquier vestigio de división en el partido.

“Cada día me despierto en una casa construida por esclavos. Ahora veo a mis hijas, dos mujeres negras, jóvenes, guapas e inteligentes jugar con el perro en el jardín de la Casa Blanca”. Con esas palabras dejó en alto lo que representa históricamente ser la primera mujer de color, descendiente de esclavos, en llegar a esa instancia y convertirse en un símbolo.

Modelo de ascenso

“Cuando caen bajo, nosotros apuntamos hacia arriba”, fue una de las frases de Michelle LaVaughn Robinson (su nombre de soltera) que más resonó entre los asistentes. Lo que ella apuntó como uno de sus lemas de familia es, quizá, la mejor manera de describir su vida: de origen humilde –su madre ama de casa y su padre trabajador de una planta de tratamiento de aguas– llegó a Princeton y se convirtió luego en una prestigiosa abogada de Harvard.

Fue jefa de Barack Obama en el bufete en el que trabajaron y donde se conocieron, y llegó a ganar más que él en su cargo de senador.

Pasó a ser una de las mujeres de la política norteamericana con mejor aceptación –cercana al 70%, casi 20 puntos más que el presidente– y es la más joven en ocupar la posición desde Jackie Kennedy.

La revista Forbes la ubica en el top diez de su famosa lista de las mujeres más poderosas del mundo y todo gracias a que transformó su rol en uno menos formal, más accesible y relevante. Con cada una de sus intervenciones ha mostrado ser cada vez más cercana y hasta se ha atrevido a develar sus más íntimos secretos, hablando de temas tan mundanos que han incluido burlas a las orejas de su marido, a su manía de dejar la ropa interior tirada e incluso al apodo que él le tiene: “mi roca”, por ser la única que le devuelve los pies a la tierra.

Su principal motor son sus hijas y, siguiendo el ejemplo de su madre que aún vive a su lado, ha dejado claro que lo “primero es su familia”. Por ello, obliga al hombre más poderoso del mundo a llegar a casa a las 6:30 de la tarde para cenar juntos, y cuando Malia y Sasha se retiran a pasear “Bo”, conversan sobre los problemas del país al punto en que, según personas cercanas a los Obama, se ha convertido en un factor clave en las discusiones de la administración relacionadas con temas como la salud, educación, control de armas, reforma migratoria y matrimonio igualitario.

Lejos del protocolo

Rennaisance, como es llamada por el Servicio Secreto de EEUU, ha destacado por salir del protocolo, empezando por su forma de vestir. Por lo general, zapatos bajos, vestidos sin manga y cinturones gruesos forman parte de su atuendo predilecto que la ha llevado a ser el ícono de una moda llena de una elegancia poco complicada.

A sus 52 años, se muestra sencilla pero tan arriesgada como para aceptar hacer una competencia de flexiones de pecho con la presentadora Ellen DeGeneres, durante una entrevista en la que hizo alarde de sus tonificados brazos. Pero además, demostró su aptitud para el baile en su aparición en el show del comediante Jimmy Fallon, que se convirtió en un hit en YouTube con más de 15 millones de visitas.

Y si de éxitos en Internet se trata, el más reciente se debe a su participación en el Carpool de James Corden en el que se confesó fanática de Stevie Wonder.

Para muchos, ha sido la mujer capaz de cambiar el rol de primera dama, al demostrar que se puede tomar el trabajo en serio, sin ser demasiado seria.

Cuando su camino hacia la Casa Blanca apenas empezaba, Michelle Obama dijo con modestia que estaba muy lejos de “hacer historia”. En ocho años ha demostrado lo contrario y, aunque en el pasado haya dicho “no, gracias” a la pregunta de si le gustaría ser legisladora, su popularidad la muestra como una opción para el Senado o incluso hasta para volver a ocupar la Casa Blanca, la próxima vez como jefa de Estado.

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