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Copper 2016: mucho que aprenderS

director cesco

Por: Iván Valenzuela | Publicado: Viernes 9 de diciembre de 2016 a las 04:00 hrs.
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Más de 300 profesionales se reunieron en Japón, en la 9° Conferencia Internacional del Cobre, que reúne cada 3 años a la industria. Un lugar privilegiado para actualizar los temas más relevantes del negocio: producción, metalurgia, impactos ambientales, reciclaje y manejo de residuos.

El estado de ánimo de los participantes fue positivo, muy alejado de la “nube gris” estacionada en la minería chilena. Predominó la visión de futuro y de cómo hacerse cargo de los desafíos.

La discusión fue muy útil para saber cómo los productores del mundo enfrentan la situación recesiva actual, asumiendo que el liderazgo apunta a generar nuevas soluciones.

Dos temas, en particular, me parecieron los más preocupantes. En esta conferencia se presentaron 294 trabajos. Nuestro país, “líder” en la industria, solo inscribió 21 y no más de 10 chilenos asistieron.

Este es un llamado de atención, pues no solo estamos abandonando una instancia que contribuimos a crear –el primer Copper se realizó en Chile en 1987- , sino que estamos hipotecando nuestro futuro.

Mi segunda reflexión se refiere al rol del Estado. En la apertura de la conferencia, el representante del gobierno japonés señaló de manera simple el objetivo de su país: “Asegurar abastecimiento estable de mineral, para lo cual es clave reforzar los vínculos con las compañías japonesas en el exterior”. Y todos los recursos son evaluados por el grado de cumplimiento de ese objetivo. Esta política de Estado se ha mantenido por décadas, adaptándose a las oscilaciones del mercado y a los avances tecnológicos.

Pensando en Chile, cuesta visualizar cuál es la política minera. Lo más cercano sería el aumento sostenido de la producción. Posiblemente, la presencia tan relevante de Codelco aparece como garantía para el manejo del sector, confundiéndose a nuestro juicio el ámbito de la política pública con el manejo de una empresa particular, por muy estatal que sea.

En Chile no hemos sido capaces de explicitar una política minera, con los instrumentos ad-hoc para su concreción, que la vincule de manera integral al desarrollo del país. Seguimos tratando de producir más y más, asumiendo que el aporte en impuestos y en comercio exterior es suficiente.

Observando lo que acontece en el mundo, pareciera que esta mirada ya no es pertinente. Ser tan dependientes del cobre y tener una de las estructuras de costos más altas en la industria mundial constituye una debilidad. Las enormes ganancias generadas en las últimas décadas no se invirtieron en mantener una industria competitiva, ni en diseminar sus frutos para mejorar la base productiva, tecnológica y de valor agregado del país.

Una política minera para Chile debería considerar al menos dos ejes:

El primero es mantener un liderazgo en la producción mundial, pero asociado a una estructura de costos que nos ubique en el primer cuartil y no solo privilegiar la cantidad. Y el segundo, avanzar de manera decidida, clara y hasta compulsiva en generar mayor valor agregado y desarrollar tecnologías para tener una minería sustentable, económica y ambientalmente. No es posible que sigamos exportando concentrados sin mayor elaboración.

La baja asistencia chilena a esta conferencia y su correlato en el divorcio entre los principales actores que forman el sistema tecnológico del país -universidades, Estado y empresas- es un indicador del poco peso que la actividad tecnológica tiene en la estrategia de desarrollo del país.

Las universidades se enfocan a la investigación básica y a publicar en revistas académicas internacionales, y ven con cierto desdén “venderse” a las empresas. El Estado, con una institucionalidad débil, sin continuidad de largo plazo, no ha cumplido su rol articulador a través de los fondos públicos. Las empresas, enfocadas al corto plazo y a soluciones probadas, no tienen áreas de investigación y desarrollo, puerta de entrada para un diálogo fructífero con investigadores e innovadores.

Confío que en el próximo Copper 2019, en Vancouver, podamos llegar con la tarea avanzada.

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