Padre Hugo Tagle

Año verde y dolido

En twitter: @hugotagle

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 28 de diciembre de 2015 a las 04:00 hrs.
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Padre Hugo Tagle

El Papa Francisco se roba la película en este año que se va. Comenzó con su revolucionaria encíclica “Laudato si” sobre el cuidado de la casa común, documento que gatilló una serie de reflexiones sobre éste nuestro pequeño y único mundo. Luego siguió con sus viajes, cada uno de ellos un hito histórico. En la encíclica nos recordó que, si no cambiamos de actitud, vamos al despeñadero. “El verdadero planteo ecológico se convierte siempre en un planteo social, que debe integrar la justicia en las discusiones sobre el medio ambiente, para escuchar tanto el clamor de la tierra como el clamor de los pobres”, dijo proféticamente.

Esta carta marcó un punto de inflexión en la cansina preocupación mundial por el medio ambiente, inyectándole un sentido de urgencia. La conferencia del clima de París en noviembre recogió esta preocupación. Se notó un esfuerzo más decidido y propuestas de soluciones concretas, no solo palabras de buena crianza. “Es ahora o nunca”, dijo el Papa. Y las conclusiones desafiantes a las que se llegó dan cuenta de ese cambio de conciencia en relación a nuestra apaleada tierra.

La tragedia nubló sombríamente el horizonte. Los ataques en París, la sangría de la guerra civil en Siria y la crisis de refugiados, marcó la agenda con una cicatriz difícil de curar. En pocos meses, se desplazó más gente que en toda la Segunda Guerra Mundial. Las tragedias naturales, entre otras el terremoto de Nepal, nos recordaron lo frágil de nuestro hogar común y, a su vez, dejan en evidencia la precariedad y pobreza en que viven millones sin que lo notemos.

El Papa Francisco realizó tres viajes emblemáticos: a EEUU, siendo el primer Papa invitado por el congreso norteamericano en pleno. El viaje a los países más pobres de Latinoamérica, y a África, a tres países golpeados por las guerras fratricidas, la pobreza y marginalidad del progreso mundial. Allí inauguró el año de la misericordia, que nos acompañará todo el 2016. Un año para resaltar la misericordia divina, tan necesaria en nuestro tiempo.

La lucha contra el ISIS marcó la agenda y el equilibrio entre regiones aparentemente discordantes. Las religiones monoteístas deben crecer en diálogo y tolerancia. No puede ser que la fe en un mismo Dios divida.

En el plano local, cerramos un año movido, en que este cambio de calendario, con la Navidad hacia el final, nos debe llevar a contemplarnos como hermanos, hijos de una patria común. No podemos darnos el lujo de vivir eternamente peleados. Nadie sobra aquí. El respeto e integración es un desafío que vale la pena abordar. No hay otra alternativa.

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