Padre Hugo Tagle

Cuaresma

Por: Padre Hugo Tagle | Publicado: Lunes 23 de febrero de 2015 a las 04:00 hrs.
  • T+
  • T-

Compartir

Padre Hugo Tagle

Padre Hugo Tagle

El pasado 18 de febrero fue Miércoles de Ceniza y es el inicio del tiempo cuaresmal, que se extiende hasta el 29 de marzo, Domingo de Ramos. Ahí comienza la "semana grande" de preparación inmediata a la pasión, muerte y resurrección de Jesús.

El Papa Francisco, en su mensaje cuaresmal, invita a vivir este tiempo con espíritu abierto a Dios y a los demás. Toma como pasaje inspirador un texto del apóstol Santiago: "Tengan paciencia; fortalezcan sus corazones porque la Venida del Señor está cerca" (St 5,7-8). El Papa aprovecha este texto bíblico para invitarnos a volver la vista al Cristo, a no desanimarnos y a alentarnos mutuamente en la expectativa del Señor resucitado.

El Papa hace un llamado a vencer lo que ha denominado la "globalización de la indiferencia", para comenzar esa "renovación cuaresmal" a la que debe conducir este tiempo: no sirve de nada la cuaresma si no cambiamos de vida y no nos abrimos con corazón generoso a las necesidades de los hermanos. Y el cambio comienza en "no ser indiferente a los demás y no centrarse solo en sí mismo".

Las "urgencias" de la vida cotidiana nos llevan a encerrarnos y a cerrar la puerta a través de la cual Dios entra en el mundo y el mundo en Él. La fe termina transformándose en pura evasión, un placebo, una forma de escape ante los problemas del mundo y no en un camino eficaz para afrontar de manera fecunda lo humano y llevarlo a Dios.

El Papa Francisco invita a poner la atención en tres momentos para "no ser indiferentes". El primero: "Si un miembro sufre, todos sufren con él". En el que sufre, está Cristo. La vivencia de la fe en Cristo se realiza y perfecciona en comunidad. Lo que sucede al otro, me sucede a mí. El segundo momento responde a la pregunta: "¿Dónde está tu hermano?". La concreción de la vida de fe se encuentra en la relación con el otro.

La fe se debilita y finalmente se desvanece si no se alimenta en la vida de una comunidad: la capilla, parroquia, movimiento. La fe cristiana es intrínsecamente comunitaria. Y el tercer momento es una invitación a "fortalecer los corazones" (St 5,8).

La vida de fe se alimenta en la oración, para que el propio corazón se transforme en uno semejante al de Cristo. "Que nuestro corazón se asemeje al corazón de Jesús. Así tendremos un corazón fuerte y misericordioso, vigilante y generoso", que no se cierra y no cede a la "globalización de la indiferencia".

Pronto comenzamos el año laboral y académico. Cuaresma es un tiempo ideal para prepararse bien para el año. Aprovéchelo bien, llénelo de Dios. Es la mejor manera de vivir mejor.

Lo más leído