Los jóvenes y el mercado laboral

Ya transcurridas prácticamente dos semanas desde el arribo de la nueva administración, los distintos ministros de Estado han procurado reforzar los énfasis que tendrá su gestión durante estos cuatro años.

Desde la cartera de Trabajo y Previsión Social se ha destacado una hoja de ruta que va más allá de eventuales modificaciones a la legislación laboral post reforma y a la industria previsional -siempre bajo la lógica de los acuerdos- y en la cual sobresalen otras dos tareas: la modernización del Servicio Nacional de Capacitación (Sence), en cuyo marco se inserta una auditoría a la institución; y el interés por aumentar la participación de jóvenes de entre 18 y 24 años en el mercado laboral.

Para avanzar en este segundo objetivo se retomó y puso urgencia simple al proyecto de ley que establece el “Estatuto Estudiante”, un contrato especial que apunta a que todo joven que esté en la educación formal cuente con las posibilidades para trabajar pero sin perder beneficios, como becas por ejemplo, o la calidad de carga en los planes de salud; y acceder a un horario flexible que les permita combinar de buena forma estudios y empleo.

A la luz de la importancia de contar con un mercado laboral más maduro, que destaque por su calidad, formalidad y flexibilidad, este proyecto presentado en la primera administración de Sebastián Piñera, resulta del todo bienvenido, oportuno y urgente.

No es un misterio que las tasas de desocupación juvenil en el país son altas -mayores a 17%, según la última medición del Instituto Nacional de Estadísticas (INE)- y que obviamente ello restringe las posibilidades de una mejor y progresiva enseñanza en la población joven, en particular en el segmento de las mujeres.