Editorial

Nuevo cambio en el gabinete de Bachelet

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La Presidenta Michelle Bachelet ha concretado ayer en la tarde un cuarto ajuste a su equipo ministerial con el cambio de los titulares de Justicia, Bienes Nacionales y Energía -este último muy bien evaluado en sectores políticos y empresariales y que a partir de ahora liderará la campaña del ex Presidente y candidato Ricardo Lagos-, en un movimiento de gabinete que se daba por descontado a raíz de las crisis del Sename y del padrón electoral a las puertas de las elecciones municipales del domingo, y con una popularidad presidencial que pese a repuntar levemente todavía se mantiene en el fondo.

Quedó gusto a poco. De hecho, en el oficialismo se reconoce que no hubo golpe de fondo alguno. Más bien la Mandataria buscó ordenar la urgencia en una casa gravemente golpeada y desorientada en el último tiempo, particularmente por los graves hechos conocidos en instituciones bajo el alero del Ministerio de Justicia. Pero nada más.

A raíz de la bochornosa marcha atrás del proyecto de “ley express” -para intentar subsanar la vergonzosa calamidad en el padrón electoral debido a los erróneos cambios de domicilio-, los dardos de la oposición y hasta de figuras dentro de la propia coalición gobernante se habían dirigido hacia el equipo político que lideran los titulares del Interior, Segpres y Segegob y que, lejos de abandonar La Moneda, han sido confirmados en sus cargos.

Está por verse si la salida de Javiera Blanco en Justicia logrará calmar un vendaval que se convirtió en huracán luego que se conociera la dolorosa muerte de cientos de niños y jóvenes bajo custodia del Sename en los últimos años y, además, con el episodio que mantiene enfrentadas a las cúpulas del Servicio Electoral y del Registro Civil por los cambios de domicilios de medio millón de ciudadanos, un error que pese a lo mayúsculo el Gobierno ha parecido encarar con tibieza y que puede agravar el ya alarmante desinterés de la población en concurrir a votar voluntariamente en los comicios para elegir concejales y alcaldes en todo el país este domingo.

De no mediar alguna otra sorpresa de gestión como las que han ocurrido en el último tiempo que vuelvan a dañar al gobierno, este debiera ser el gabinete que acompañará a Bachelet hasta que entregue la banda presidencial el 11 de marzo de 2018. Un equipo que, por cierto, parece atacar los focos de conflictos más urgentes que encara en lo inmediato la administración de la Nueva Mayoría, pero que es claro que no muestra cambios de fondo en la hoja de ruta de algo que ha afectado al clima de negocios: las desconfianzas y la incertidumbre en torno a las reformas estructurales, factores que no han logrado ser superados pese a los llamados desde los sectores productivos en esa línea para favorecer una recuperación de la economía.

Hay que esperar hasta el domingo para ver si el último ajuste ministerial impactará en las elecciones municipales, donde se mantiene un alto abstencionismo como principal riesgo, en comicios que sobre todo marcarán la largada formal en la carrera para suceder a Bachelet, donde ya se instaló la imagen de un sonriente de Lagos junto a Pacheco.

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