Cartas al Director

Señor Director:


Después de la indignación….a apretarse el cinturón.


Gabriel Guiloff



Señor Director:


Considerando que ENAP es 100% del Estado de Chile, ¿por qué tiene que pagar Libor +1,65% por sus créditos externos? Hoy, con una tasa Libo a seis meses de 0,53%, ENAP está pagando por sus créditos externos una tasa de 2,18% versus el 0,73% que pagaba hace algunos años. En efecto, por cada US$ 100 millones en créditos ENAP está pagando US$ 1.450.000 más (2,18-0,73=1,45).
US$ 1.450.000 es una suma importante y necesaria para la infinidad de gastos que se le han agregado recientemente al presupuesto nacional aprobado por el Congreso. ¿Por qué entonces el Ministerio de Hacienda no se hace cargo del tema otorgando el aval del Estado a los créditos externos de ENAP? 
Creo no equivocarme al pensar que el gobierno de Chile jamás permitiría que ninguna de las empresas 100% del Estado no cumplieran sus compromisos financieros.

Hugo Zamorano



Señor Director:


Cada día nos estamos volviendo más gringos, ya es un clásico la celebración de “Haloween” y ahora nos hacen comprar los regalos al día siguiente de “Thanksgiving”, en el denominado “Black Friday”. Los supermercados y multitiendas se llenan de adornos navideños a finales de octubre, con ornamentos de “Santa Claus”, renos, árboles de pascua y figuras de colores que poco y nada tienen que ver con el nacimiento de Jesús.
Tablas de surf, skates, consolas de juego y hasta LCD piden nuestros niños, como si esa fecha se celebrara el día del “Consumidor”. Bueno no sería raro que movieran la navidad para otra fecha, ya que el comercio no se ha cansado de inventar celebraciones absurdas como el día del niño, del abuelito, de la suegra y tantos otros que no vale la pena mencionar.
Bueno, me cansé de escribir, me voy en mi Ford al Starbuck y después a GAP a comprar algo para mis nietos...

Tomás Vidaurre L. 



Señor Director:


Considero que es un poco ridículo que el país más poderoso del mundo esté obligando a Chile y sus bancos a ayudarlo a recolectar impuestos. Es cierto que Estados Unidos y Chile son buenos amigos, pero el Foreign Accounts Tax Compliance Act (Fatca) deja a Chile en la misma posición de las naciones conquistadas por el imperio romano, que debieron pagar tributo a Roma. Con esto la soberanía chilena se transforma en una farsa, revelando que Chile es meramente un peón y siervo feudal del reino norteño.
Dejemos a Obama y su Congreso imponer, monitorear y cosechar de sus propios ciudadanos lo que quiere, a sus propias expensas. ¿Y qué obtendrán? Apenas 20 mil estadounidenses viven aquí, ¿y por el deseo de monitorearlos el sistema chileno debe incurrir en costos de nuevas regulaciones onerosas? Es evidente que los gringos guardan poco dinero en cuentas chilenas. Los súper ricos estadounidenses no tienen mucho incentivo para ahorrar sus fondos aquí. Chile no es un centro famoso “offshore” como las Islas Caimanes, Singapur, Suiza, las Islas Guernesey o Jersey. El gasto nuestro será mayor que lo que se logre recolectar en impuestos para el señor, con pérdidas para Chile. No vale la pena despilfarrar en el Fatca.
¿Cuál es el riesgo de no cumplir con FATCA? Si cierran los negocios de importaciones, cosa que jamás pasará, o si impiden transacciones financieras allá, cosa que es poco probable, vendamos y transemos en otros países menos prepotentes. Somos un país pequeño en un mundo enorme, con muchos centros financieros y consumidores hambrientos de nuestros productos. Además tenemos tratados de libre comercio con muchos de ellos que nos avalan. No teman: no conviene a Estados Unidos castigarnos por no someternos al yugo.

John Cobin

Académico Facultad de Economía y Negocios Universidad Andrés Bello