El frenesí de las exenciones
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Señora Directora:
Si bien todos concordamos en que avanzar en la Pensión Garantizada Universal (PGU) es una medida urgente, solidaria y justa, a la hora de ponernos de acuerdo en cómo la vamos a pagar nos vemos enredados en el tira y afloja de la arena política. Lo anterior se intensifica aún más por el cambio de mando y los gallitos derivados de dicho evento.
Además, vemos que el debate nuevamente se centra solo en acudir a la fórmula clásica de hacer una reforma tributaria como santo remedio para resolver todos los hombres, y así obtener los recursos ilimitados que -en apariencia- siempre estarán. Poco se habla del crecimiento y/o de cómo buscar alguna medida mínima de eficiencia en el gasto público para contribuir al financiamiento de la PGU. Supuestamente, la idea de eliminar exenciones tenía que ver con sacar las que no se justificaban, ya sea porque dejó de cumplir su propósito o se alejaron del objetivo inicial, pero eliminarlas solo para recaudar más podría ser incluso un contrasentido.
Otra cosa que se está volviendo un clásico es recurrir al incremento en el impuesto territorial como vía siempre a la mano para destrabar reformas. Veremos qué suerte corre el IVA a los servicios y lo que pasará con el intento de impuesto a los súper ricos impulsado desde el Congreso, todo en un contexto de frenesí de eliminación de exenciones en los minutos de descuento del gobierno saliente.
Andrés Martínez J.
Socio Líder Consultoría Tributaria y Legal KPMG Chile
