"Las condiciones financieras internacionales para las economías emergentes empeoraron". Esta frase se incluyó en el comunicado de la última Reunión de Política Monetaria del mes de febrero y refleja no solo una condición coyuntural del último mes sino que probablemente un paso más de la tendencia asociada al fin del impacto de las medidas no convencionales de liquidez implementadas luego de la enorme crisis del año 2008. Esto es bastante claro al observar la discusión de la Reserva Federal respecto del próximo aumento de la tasa de instancia en Estados Unidos. Pero también existen señales relevantes en algunos instrumentos financieros que resultan interesantes y pueden afectar ciertas decisiones de inversión.
Por ejemplo, el diferencial entre las tasas de interés reajustables locales y de Estados Unidos a 5 años ajustado por riesgo país alcanzó un nivel máximo levemente por sobre 300 puntos base en el año 2013. Hoy esta cifra ha disminuido y alcanza un valor cercano a 40 puntos base. Esta convergencia hacia valores históricos ha estado determinada por el alza de las tasas de Estados Unidos y la fuerte caída de las locales. Es probable que el diferencial aumente nuevamente pero no debería alcanzar los valores observados en el momento de mayor agresividad en la política monetaria de Estados Unidos.
Un segundo ejemplo dice relación con el diferencial entre las tasas reajustables del Banco Central de Chile y las tasas de los instrumentos derivados en la misma moneda. Conocida es la dificultad de inversionistas extranjeros para invertir directamente en los instrumentos emitidos por el Banco Central. Por tanto, en caso de interés en la curva local asumimos que un extranjero privilegiaría la curva de derivados. El alza de las tasas de Estados Unidos asociada al fin de las medidas no convencionales de política monetaria y la caída de las tasas locales estarían generando menor interés por estas últimas. Esto presiona la curva de derivados para que se ubique por sobre la curva de instrumentos del Banco Central. Esto es coherente con los niveles observados en las últimas semanas de este diferencial de tasas, que no se observaban desde el año 2007 previo a la crisis.
Respecto de las condiciones financieras para países emergentes, efectivamente las tasas en dólares han ido en aumento pero aún se ubican en niveles históricamente bajos. Sin embargo, en términos de spread en moneda extranjera no se observa un cambio significativo respecto a los últimos años. Lamentablemente la evolución del riesgo país de Chile no favorece el acceso al financiamiento, consignando de todas formas que ha sido un fenómeno más bien generalizado a países emergentes.
Como en toda proyección, existe incertidumbre respecto de si estos cambios serán permanentes o transitorios. Actores no menores como la Zona Euro recién inician un proceso de relajamiento cuantitativo no convencional lo que podría extender un escenario como el observado en los últimos 6 años, aunque la convergencia hacia niveles estimados de mediano plazo parece ser definitiva por la relevancia de Estados Unidos.