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El Sol no gira alrededor de la Tierra

Daniel Contesse Vicerrector de Innovación y Desarrollo, Universidad del Desarrollo

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Daniel Contesse

Buscando una definición del concepto sentido común encontré: "capacidad natural de juzgar los acontecimientos y eventos de forma razonable". Es una herramienta a la que apelamos recurrentemente; sin embargo, no siempre nos lleva a buenas decisiones. Cuando nos levantamos en la mañana, miramos al cielo y vemos cómo el Sol sale por el oriente y se pone por el poniente, el fenómeno parece estar claro: ¡El Sol gira en torno a la Tierra!, es de sentido común. Pues bien, gracias a que algunos pensadores cuestionaron esta obviedad hace mucho tiempo, sabemos que la realidad es otra. Usar el sentido común sin un adecuado análisis crítico nos puede llevar a cometer graves errores.

Últimamente han salido a la luz situaciones graves como colusiones, abusos y engaños. También ha ocurrido que algunos resultados no son los esperados por la gente, como por ejemplo que las pensiones no son las que quisiéramos, que los remedios son muy caros o que los sueldos son bajos. Quisiéramos que las cosas fueran distintas, que la gente fuera honesta, que las cosas funcionaran mejor; quisiéramos ver más prosperidad para todos. En eso estamos acuerdo, pero, ¿qué hacemos al respecto? Muchos apelan casi de manera automática a más regulación y acción del Estado. ¡Es de sentido común! Si las pensiones son malas, es simple, hagamos que por ley sean mejores. Si los remedios son caros, es muy fácil, estaticemos las farmacias. Si la educación no alcanza para todos, es sencillo, hagamos como que es gratis. Decretemos la prosperidad por ley, ¡es de sentido común!

La historia de la humanidad ya ha acumulado suficiente evidencia que demuestra que el camino no es el de la lógica del decreto. La colusión, el mal servicio, la falta de una buena oferta, los precios altos injustificados, los abusos y otros se combaten con más competencia, con más libertad, con más innovación y con más espacio para emprender. En vez de obsesionarnos con poner límites, por regular, por decretar el progreso, la razonabilidad implicada en la definición del sentido común debiera llevarnos a quitar límites, abrir espacios, desregular, permitir más competencia e incentivar la innovación y el emprendimiento. Si esto choca con nuestro sentido común, el problema no son las medidas, sino que nuestro sentido común está en un estado muy básico de desarrollo, en un estado instintivo.

Ahora que la sociedad se plantea hacer cambios relevantes para construir un país mejor, resolviendo los graves problemas detectados, no olvidemos que la definición de sentido común incluye el concepto de juicio razonable, el que está indisolublemente vinculado al análisis crítico, el que se basa en evidencia, está alejado de pasiones y por sobre todas la cosas, apela a la racionalidad. Problemas hemos tenido, tenemos y seguiremos teniendo, lo importante es que lo que propongamos a partir de ello nos lleve a construir un país mejor y no al revés.

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