En la décima versión del informe de Fjord -parte de Accenture Interactive- “Fjord Trends”, podemos observar que estamos viviendo una era de innovación sin precedentes. En este escenario, las compañías que no estén en la transformación digital, corren el riesgo de perder competitividad y, eventualmente, desaparecer.
Las tendencias identificadas para las empresas en 2017 demuestran que las tecnologías digitales y la hiper-conectividad están cambiando la experiencia del consumidor y para poder llegar a ellos de forma efectiva es fundamental que las compañías desarrollen plataformas interconectadas.
Como afirma el reporte, una de las principales tendencias que marcarán a las empresas en 2017 es que su foco estará puesto en las personas. Los líderes de esta nueva era se diferenciarán del resto enfocándose en la tecnología para las personas, complementando el potencial de la tecnología con el de ellas para, de esa forma, llevar a sus empleados y consumidores a lograr más.
Un ejemplo de este complemento entre la tecnología y las personas es la Inteligencia Artificial (AI), la cual es fundamental para la evolución de los modelos de negocio y de operación. Para ello, la clave es usar la AI como un capital humano híbrido. No se trata de que la Inteligencia Artificial vaya a reemplazar el capital humano, sino que lo complementará para potenciar sus talentos que generen valor.
Durante 2017 las compañías desarrollarán productos y servicios con inteligencia emocional, lo cual será un elemento diferenciador para las industrias. Así también, las industrias recurrirán a la “mezcla” de realidades: la virtual, la aumentada y la de tienda para ofrecer servicios diferenciadores que les permitan permanecer competitivos.
Otro elemento de gran importancia que levanta el estudio es la relevancia de prever los impactos sociales que podrían tener los negocios, sobre todo ante una sociedad más empoderada, que exige transparencia hacia las empresas y las instituciones en general, y pueden generar un impacto muy alto en la reputación de las compañías a través de herramientas, por ejemplo, como las redes sociales.
En 2017, los consumidores y los medios desafiarán las acciones de las compañías y el impacto que éstas tienen en sus vidas. Esto forzará a las empresas a poner el tema ético digital en las agendas corporativas. De esa forma, las compañías se enfocarán no sólo en la experiencia de sus consumidores y empleados, sino que también en la experiencia social, para resguardarse de las posibles consecuencias no intencionales de sus actividades.