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La complacencia de la elite

Tomás Sánchez Emprendedor, co-fundador de Alma Suite. En Twitter: @TomsAwaki

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La elite no tiene incentivos para innovar. Equipo que gana no hace cambios. El problema es que sólo ganan los que recibieron tuvieron más oportunidades y por lo mismo seguiremos siendo un país sub desarrollado en términos de desigualdad. Hemos tenido crecimiento económico a punta de eficiencia y volumen, lo que se ha traducido en triplicar nuestro ingreso per cápita en los últimos 20 años (de US$ 5.000 a US$15.000), pero el coeficiente de Gini sólo ha mejorado en un 10% (bajó de 56,4 a 50,5). Claramente ha crecido la torta, pero se reparte sólo un poco mejor. En este escenario, la complacencia de quienes sostienen el poder económico y político de este país, es derechamente insoportable.

Más tiempo libre, viajes por el mundo, una mejor educación, discusiones más doctas e incluso una mejor alimentación son privilegios de los cuales hay que hacerse cargo y devolver la mano. Este no un mensaje sólo para los millonarios y los políticos de primera línea, es para todos quienes tuvieron una mejor educación. Desde el gerente hasta el intelectual, pasando por recién egresados y empleados públicos: atrévase. Haga algo diferente. No es necesario que renuncie a su trabajo y vaya inventar la cura para el cáncer. Basta con despertarse y tener una propuesta vanguardista en su día a día. No intentar pasar piola y estar tranquilito en la pega sin que nadie lo moleste, sino que justamente lo contrario: desafíe el status quo y atreverse arreglar todo eso que usted sabe que podría ser mejor. Sólo así usted ayudará a quienes tienen menos: subiendo el estándar.

Quienes cuentan con menos privilegios ya están haciendo un esfuerzo mayor jugando un partido bastante complicado, con traslados eternos cada día, escasas redes de contactos y haciendo magia para llegar a fin de mes. Pero siendo eficientes, la matriz productiva de Chile no cambiará. Seguiremos dependiendo de explotar nuestra tierra y nunca desarrollaremos el capital cultural de nuestro pueblo; porque no será necesario para los dueños de esos recursos.

Una estrategia de innovación no tiene que ver con la moda, sino con el retorno que tendrá para cada uno de los chilenos. El tiempo de cada uno será más valioso al ser un recurso escaso en un fabrica de soluciones de valor agregado (Chile). Para cumplir ese sueño la elite debe sentirse interpelada, deben aceptar la responsabilidad de sus privilegios. Picar más piedras no cambiará nuestro rumbo, pero innovar y subir el nivel de nuestros servicios y productos si hará más valioso el trabajo de todos.

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