Columnistas

Patente de emprendedor

Cristóbal Silva Socio de FenVentures

  • T+
  • T-

Compartir

He tenido la suerte de trabajar muy de cerca con cientos de emprendedores tecnológicos en Chile. Es una experiencia única que me ha permitido constatar que, al igual que la mayoría de las personas de este país, desconocen por completo que al momento de constituir sus sociedades deben pagar una “Patente Municipal”.

En simple, es un impuesto de beneficio municipal que grava todas las actividades lucrativas que se desarrollan en una comuna. Hasta aquí todo bien. El único problema es que por el solo hecho de que una empresa inicie actividades (lo que es necesario para abrir una cuenta corriente y empezar a funcionar) se gatilla el pago de este impuesto, pago del cual usualmente los emprendedores se enteran tras recibir la “amistosa” notificación de la Ilustre Municipalidad que contiene los atemorizantes: “Citación Judicial” o “Si el día fijado no compareciera será juzgado en rebeldía en conformidad a la ley”. Se trata de expresiones que ponen nervioso a cualquier ciudadano honesto. Y ni hablar cuando el emprendedor que recibe esta notificación no ha nacido en Chile. Siente, literalmente, que tiene a la CIA pisándole los talones.

Además de la ansiedad y susto que pueda causar una citación judicial para un emprendedor, también se generan una serie de gastos y pérdidas de tiempo, asociados a solucionar este “problema legal”. Si bien está rigurosamente hecho de acuerdo a la ley, me parece que no es razonable un impuesto de este tipo cuando la empresa “infractora” no ha hecho absolutamente ninguna venta.

Iniciar actividades es fundamental para poder “existir” en el mundo de la banca y la esfera estatal. Vender requiere de una emisión de facturas y, por tanto, el Servicio de Impuestos Internos demanda la mentada escritura pública de constitución para inscribir a la empresa como contribuyente.

Lo me resulta ruidoso es que producto de este paso fundamental exista un municipio esperando recibir ingresos de una empresa que aún no concreta su primer negocio. De hecho, si todas las firmas que se crean en el país ganaran dinero desde el primer mes de vida nuestra economía estaría muy lejos de la realidad actual.

Una solución posible, y demasiado evidente, sería postergar el pago de este impuesto hasta la emisión de la primera factura, momento en el que es más realista pensar que se está “lucrando” en la comuna, y en este momento notificar al emprendedor de la necesidad del pago, dando las facilidades para realizarlo online y sin muchos trámites. Porque hoy, además de la atemorizante “citación judicial”, el municipio además se encarga de ponerle mucha burocracia a esta historia.

Lo más leído