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Alto contrasteEl gobierno de Cristina Fernández sorprendió la semana pasada al anunciar un recorte parcial de 20% en los subsidios a las tarifas del gas y la luz que pagan los consumidores y que durante cerca de una década provocaron profundas distorsiones en el mercado, estimulando la demanda y restringiendo la oferta. La medida se suma a otro anuncio previo, que decretó la devaluación parcial del peso, sostenido artificialmente alto durante años para apoyar a la industria nacional.
Ambas medidas son positivas, aunque parecen llegar tarde y son aún demasiado parciales. El problema es que corregir de golpe estas políticas puede tener un impacto desastroso sobre la economía, empujándola definitivamente a una recesión. La gran duda es si los ajustes anunciados serán suficientes para llevar a la economía trasandina de regreso a un camino sostenible.
Las autoridades tendrán que manejar un delicado equilibrio para aplicar estos cambios sin provocar un colapso. La principal lección que deja el caso argentino es la importancia de actuar a tiempo para evitar que estas distorsiones arraiguen en los fundamentos de la economía. Argentina desperdició un tiempo precioso que ahora deberá tratar de recuperar.
