Confianza de los consumidores

Una llamativa baja en la confianza de los consumidores durante septiembre reveló ayer la “Encuesta de Percepción y Expectativas de la Situación Económica” que realiza el Centro de Microdatos de la Universidad de Chile.



En el citado período, el índice general bruto disminuyó 3,8 puntos porcentuales respecto al trimestre anterior, mientras que la medición desestacionalizada cedió 7,7 puntos porcentuales. Estas caídas, por lo demás, también se corroboraron en el escenario de doce meses.

Más que por las cifras, dos hechos invitaron desde ya a la reflexión: primero, que el descenso abarcó los distintos niveles socioeconómicos, observándose la mayor baja en el segmento alto; y, segundo, que -tal como lo explicaron los expertos de la Universidad de Chile- las razones detrás de estos números se vincularon más con factores locales que internacionales, es decir, no estarían recogiendo necesaria o solamente el factor crisis externa.

Todos elementos que no aparecen en ningún caso como tranquilizadores ni para el mundo de las empresas ni para las mismas autoridades, considerando que la percepción de los consumidores juega un rol clave en la marcha de la actividad productiva del país. El descenso en el optimismo o ya de frentón un cierto desánimo -aunque sea leve en un momento- bien se puede traducir en decisiones de menor gasto y, por esa vía, en un shock que puede llegar a ser negativo para la economía.

Dado lo anterior, y conforme a lo que enseña la teoría económica, parecería razonable que el gobierno tenga en carpeta y evalúe la oportunidad de impulsar medidas que contrarresten el deterioro de las expectativas.