Devaluación en Argentina: mientras más demore, peor
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La decisión del gobierno de la presidenta Cristina Fernández de trasladar el pago de la deuda a sus acreedores a Buenos Aires, para rodear así la restriccion impuesta por el juez Thomas Griesa de Nueva York, envió a los inversionistas una potente señal de que su administración ya no intentará más llegar a un acuerdo con los tenedores de bonos no reestructurados y que le dejará la solución del problema a un próximo gobierno.
La perspectiva apunta así a que el país se mantendrá aislado de los mercados internacionales de capital por un buen tiempo más. Y en momentos en que la economía entra en recesión, los argentinos están volviendo a hacer lo que ya tantas veces han hecho en el pasado, y que han aprendido a golpe de las crisis que cada tanto tiempo golpean al país: refugirse en dólares. Tal como ocurrió a fines de los ‘90 con la convertibilidad uno a uno entre el dólar y el peso, los actuales controles cambiarios no los convencerán de confiar sus ahorros a la moneda local.
Tampoco en Venezuela, con todo el poder de Nicolás Maduro, han funcionado. Mientras más demore la presidenta en soltar el control de la moneda, que ya alcanza una brecha de más de 70% entre el cambio oficial y el informal, más duro será el golpe para la economía cuando el inevitable ajuste se produzca finalmente.
