El ciberataque que paralizó al Instituto de Salud Pública (ISP) en julio, es solo uno de los numerosos incidentes de seguridad informática que han afectado a servicios de salud en el mundo en los últimos años.
En ese contexto, las firmas chilenas Sequre Quantum, especializada en cifrado cuántico y postcuántico, y MMRAD, que desarrolla sistemas para la gestión clínica, cerraron una alianza para implementar el primer blindaje cuántico para proteger datos médicos y evitar potenciales secuestros de información sensible.
La solución de Sequre Quantum, que ya está operativa en la plataforma de teleradiología Universitas de MMRAD, combina su tecnología para crear llaves criptográficas -capaces de autenticarse en línea a través de la generación cuántica de números aleatorios-, con cifrado postcuántico, creado con algoritmos matemáticos complejos que resisten ataques de un computador cuántico.
El cofundador y CEO de MMRAD, Luis Meneses, señaló que el objetivo del blindaje cuántico es proteger datos de imágenes médicas -como resonancias magnéticas, tomografías computadas, radiologías simples y mamografías- que están en la plataforma, en la que se atienden mensualmente “entre cinco mil y seis mil” pacientes en todo el país.
También buscan concientizar a quienes toman las decisiones en los centros de salud.
“El secuestro de datos médicos se ha convertido en un negocio extremadamente rentable a nivel mundial. Esto es alarmante porque, más allá de la protección de la privacidad, un ataque informático en los sistemas de salud puede tener efectos devastadores y afectar directamente la salud de los pacientes”, comentó.
Cifrado de extremo a extremo
La CEO y cofundadora de Sequre Quantum, Paulina Assmann, dijo que la tecnología se acopla “al sistema y estructura existentes”, sin interferir en la información.
Explicó que el blindaje cuántico permite cifrar y proteger tanto los datos médicos de MMRAD que están alojados en carpetas, como aquellos “en movimiento”, y si un ciberatacante intercepta el archivo o compromete un servidor, solo podrá acceder a una cadena de códigos indescifrables, por lo que no se interrumpe el flujo clínico.
“Asumimos que siempre el delincuente cibernético se va a meter a un sistema. Entonces la solución propone que cuando entre, que se robe basura (por los códigos indescifrables), y esa basura no la puede ni desencriptar hoy ni en el futuro, cuando un computador cuántico esté en funcionamiento”, afirmó.