El perfil de Vanesa Lanciotti es atípico para los altos cargos en materia legal y tributaria en las firmas de auditoría en Chile.
A diferencia de la mayoría de sus pares, la argentina no es abogada, sino economista (de la Universidad Nacional de Rosario). Además, cuenta con estudios complementarios en mercados de capitales, derivados financieros y valuación de cartera, así como un postgrado en Neuroeconomía, un magíster en Finanzas de la Universidad Adolfo Ibáñez y un diplomado en Especialización Tributaria de la Universidad de Chile.
Desde mediados de este año, Lanciotti es la socia líder de Tax & Legal de Deloitte, posición desde la cual tiene un rol clave en la asesoría a clientes en materia no solo de impuestos, sino también de valorización de transacciones y análisis de coyuntura en políticas públicas relacionadas con tributos.
En lo más reciente, la argentina ha tenido un rol clave en la última adquisición que materializó la firma: la compra a mediados de noviembre de Aquanima Chile, una filial especializada en compras y gestión de riesgo de terceros perteneciente al Grupo Santander y que pasará a integrarse al área de Lanciotti. Esto implicará sumar a 20 profesionales y a Felipe Santelices como socio del equipo de Business Process Solutions, lo que elevará a 640 el total de colaboradores de una de las unidades más tradicionales y robustas dentro de la consultora.
En esta entrevista, la economista aborda las principales tendencias en materia de impuestos que están demandando los clientes, así como la discusión abierta en materia presidencial, con José Antonio Kast proponiendo fuertes reducciones de impuestos, y la candidatura de Jeannette Jara descartando modificaciones tributarias y apuntando, más bien, a aumentar la fiscalización de parte del Servicio de Impuestos Internos (SII) y hacer más eficiente el gasto público.
- ¿Qué tendencias tributarias están llamando la atención de los clientes? Se habla mucho, por ejemplo, de la sostenibilidad tributaria, que las empresas se certifiquen como buenos pagadores de impuestos, de cierta manera.
- Varias cosas. Uno, todo el mundo hoy está hablando de la automatización de los impuestos. ¿Por qué? Porque las penalidades que implican tener algún error, alguna contingencia, son las penas del infierno. Esa es una tendencia que está muy en boga.
Otro tema es cómo las empresas se reestructuran para ser más eficientes. Esa es una realidad. ¿Cuál es la diferencia ahora respecto de años atrás? Primero, que es customizada, tiene que hacer sentido con la visión del negocio y no al revés.
Y por otro lado, algo que se está hablando en el mundo es la sustancia económica, lo que en Chile se conoce como la razón de negocio. O sea, me reestructuro porque mi negocio va para aquel lado, porque me quiero desarrollar en Asia y en Europa.
También se está hablando mucho de los acuerdos de colaboración con el Servicio de Impuestos Internos.
- ¿Las empresas ven con interés firmar esos acuerdos?
- Hay algunos que quieren ser los primeros y hay otros que todavía no, pero quieren estar preparados. La autoridad tributaria chilena, más allá de que uno puede coincidir o no con algunos fiscalizadores, en muchas cosas es un ejemplo porque está sumamente digitalizada, es transparente en muchas cosas, es parte de la OCDE, tiene muy buenas prácticas. Pero si uno quiere mirar más allá en la región, se encuentra con un Sunat en Perú que es como una pared. Lo mismo pasa con el SRI en Ecuador o la DIAN en Colombia.
- Me quedó en la cabeza lo que dice sobre la automatización de los impuestos. ¿Qué pasa con los contadores en este nuevo escenario?
- Primero, hay que decir que la IA no resuelve todo, porque a veces automatizaciones más pequeñas o menos sofisticadas u otro tipo de código también resuelven cosas. Entonces, hay que ver primero cuál es la combinación correcta. Pero le doy un ejemplo para el formulario 29. En Latinoamérica tenemos distintas fuentes de información. Ahí, desarrollamos una herramienta para conciliar toda esa información y después te propone el formulario 29. Y todo esto obviamente mejorado con IA, que te permite visualizar temas de, por ejemplo, si la proporcionalidad está o no bien. Pero justamente lo que pensamos es que aprovechemos y automaticemos los impuestos para que la vida de todos sea más fácil.
- ¿Qué visión hay entre los clientes respecto a la campaña presidencial? Hay un candidato que propone recortes fuertes de impuestos, y otra que apunta más bien a reasignaciones de gasto.
- Justamente la noche del lunes post primera vuelta tuvimos un evento con más de 100 clientes. Las preguntas ahora son cuáles propuestas se van a integrar de parte de los otros candidatos.
Aquí hablaré primero como economista y después desde el punto de vista impositivo.
Para mí es súper importante que se está hablando de crecimiento y eso es clave. Hay un economista que se llama Robert Lucas que decía cuando uno habla de crecimiento no puede hablar de otra cosa y no puede pensar en nada más que eso. ¿Por qué? Porque si uno no genera crecimiento, olvídate de tener redistribución del ingreso, educación, salud. O sea, ¿qué vas a repartir si no agrandas la torta?
El crecimiento es como un Lego, que tiene que ver con un montón de cosas, con los incentivos que puedes dar a la inversión, con la permisología, con cómo incentivar el consumo, la inversión extranjera directa y todos los temas que sabemos que llevan al crecimiento.
- Kast tiene en agenda una importante reforma tributaria y Jara no.
- Uno básicamente quiere bajar la tasa de impuesto corporativo porque quiere incentivar el crecimiento. Y la otra candidata también habla de crecimiento e incentivos a la inversión, pero sin reforma.
Ahora, cuando vemos la composición del Congreso, mi tema es cómo se va a lograr el consenso para que esto suceda. Ese es mi primer signo de pregunta gigante.
Pero después de las reformas tributarias de los últimos 12 años, creo que el sistema tributario quedó muy complejo. ¿Y qué es importante para promover la inversión, el consumo, la inversión extranjera directa? La simplicidad, que sea transparente, un sistema tributario que sea eficiente. Esos son los principios de un buen sistema tributario. Y yo creo que si van a hacer alguna reforma, ojalá que metan estos principios y lo simplifiquen, porque eso es lo que va a atraer la inversión y después va a generar crecimiento y demás.
- ¿Es rebajar el impuesto corporativo lo más urgente que se necesita en materia tributario?
- Para mí es una combinación de cosas. Poder bajar la tasa corporativa tiene evidencia a favor y en contra de que puede generar mayor crecimiento porque depende de todas las otras variables que hablamos, y también depende de que el sistema sea simple.
Porque si se rebaja la tasa corporativa y no se complementa con que sea eficiente y simple, no necesariamente va a atraer más inversiones. Pensemos en esa simplicidad, en cómo aplicar fácilmente los impuestos, en la transparencia, en las reglas claras, que eso es lo que quieren las empresas para invertir.
- ¿Cómo sería una reforma tributaria ideal?
- En las últimas reformas tributarias quedaron muchas normas complejas y después encima salieron muchos oficios para aclarar esas cosas. Eso lo hace como una especie de Frankenstein. Entonces, al final hay que revisitar todo eso. Los países de la OCDE tienen sistemas integrados o desintegrados, pero nosotros tenemos un semiintegrado. Después hay cosas en temas de IVA que también hay que simplificar y ahí hay muchos oficios, muchas explicaciones.
Entonces hay varios temas que habría que revisitar y simplificar.
- El tema no es si la tasa es 27%, 23% o 18% al final del día.
- Obviamente que todos van a estar felices si se baja la tasa corporativa, pero si hay otras cosas que te generan ineficiencia, no necesariamente va a generar una tasa efectiva de pago de impuestos más baja.