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Cómo deben operar las empresas ante la nueva Ley de Protección de Datos Personales: la visión y soporte estratégico de IFX Chile
En un escenario donde el uso y circulación de datos personales crece a una velocidad inédita, la actualización de la Ley de Protección de Datos Personales 19.628 —cuyas obligaciones comenzarán a ser fiscalizables a partir de diciembre de 2025— se transforma en un hito crítico para todas las organizaciones del país. No se trata solo de una adecuación normativa: es un cambio cultural, técnico y estratégico que impactará a compañías de todos los rubros. Y es en este contexto donde IFX, multinacional líder en infraestructura digital, data centers y soluciones de ciberseguridad, asume un rol determinante.
La multinacional estadounidense especializada en soluciones IT para empresas en Chile y América Latina, que actualmente cuentan con presencia en 18 países, una red de más de 130 mil kilómetros de fibra óptica propia y 4 data centers en nuestro país, ha integrado modelos de resguardo de datos mucho antes de que las normativas lo exigieran. Sin embargo, su vocería es clara: el verdadero desafío no está en los data centers, sino en las industrias que históricamente no han operado bajo altos estándares tecnológicos o de seguridad de la información.
“Las empresas que trabajamos con datos —especialmente los data centers y proveedores de seguridad— llevamos años operando con exigencias muy superiores a las que hoy exige la ley. El gran ajuste viene para sectores como hotelería, servicios no bancarios, seguros, inversiones, constructoras y, en general, cualquier organización que maneje datos personales sin un modelo robusto de protección. Incluso los datos de colaboradores hoy deben resguardarse bajo un estándar distinto”, explican desde IFX Chile.
Este nuevo marco regulatorio no sólo eleva el nivel de exigencia técnica, sino también la responsabilidad ejecutiva. Las obligaciones ahora alcanzan directamente a directores, administradores y gerentes cuando no existe debida diligencia en la protección de datos. “Eso transforma la protección de datos en un tema estratégico de primer nivel, no solo tecnológico”, agregan desde la multinacional.
Aunque bancos y grandes actores financieros operan tradicionalmente con altos niveles de protección, IFX alerta que eso no garantiza el cumplimiento total. La exposición no solo ocurre en la nube o en servidores corporativos: ocurre en los teléfonos móviles de los colaboradores, en laptops que viajan cada día, en correos mal enviados, en bases de datos compartidas sin protocolos.
“Un celular robado con acceso a información sensible o un correo enviado por error pueden constituir vulneraciones a la ley. No basta con tener un buen data center: hay que tener procesos, cultura interna y modelos de gobernanza de datos claros”, sostiene la compañía.
Por eso, la actualización normativa no distingue tamaños: todas las empresas deberán repensar sus prácticas y validar que realmente cumplen las exigencias de la Ley 19.628.
IFX: un aliado para transformar la normativa en una ventaja competitiva
Si bien muchas compañías enfrentarán este proceso desde cero, IFX acompaña el cumplimiento desde un enfoque integral: infraestructura, seguridad, operación, procesos y cultura organizacional. El objetivo es que las empresas no sólo eviten riesgos legales, sino que evolucionen hacia modelos de manejo de información más seguros, eficientes y confiables para sus clientes, colaboradores y socios.
“Nuestra misión no es solo garantizar disponibilidad y resguardo tecnológico. Es ayudar a que las organizaciones entiendan la responsabilidad que implica el tratamiento de datos y desarrollen capacidades internas que les permitan cumplir no solo con la ley, sino con las expectativas de un mercado cada vez más consciente”, señalan desde la multinacional.
En tiempos donde la información es el activo más valioso de una empresa, la entrada en vigor de esta ley se transforma en la oportunidad para modernizar estructuras, fortalecer la confianza y elevar la competitividad. IFX se posiciona en el centro de ese proceso, entregando soporte técnico, operativo y estratégico para que las organizaciones chilenas no solo lleguen preparadas a 2025, sino que lo hagan con un estándar internacional.
