El aumento de la población extranjera en Chile ha encendido el debate respecto al impacto que podría generar este fenómeno en la economía, especialmente en términos de empleo. En un reciente informe, el Banco Mundial explora hacia dónde debiese apuntar la integración comercial en Latinoamérica en la época actual y destaca varios aspectos positivos de los flujos migratorios.
“Mejores Vecinos: Hacia una renovación de la integración económica en América Latina”, es el título del reporte que fue presentado ayer en la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, en el cual el organismo internacional apuesta por renovar el “regionalismo abierto” y plantea cinco puntos para lograrlo, siendo uno de ellos la integración del mercado del trabajo en la región.
Entre los beneficios, el texto destaca que los flujos migratorios pueden “impulsar el crecimiento al promover la transferencia de conocimiento entre fronteras”, con atracción de talento que en Latinoamérica será cada vez más importante “conforme la región crezca y gane competitividad en sectores intensivos en capital humano”.
“La integración internacional de los mercados laborales a través de los flujos migratorios puede contribuir a que los países accedan a ganancias en la eficiencia no alcanzadas mediante la integración comercial”, sostuvo el informe, agregando que también puede mitigar las consecuencias de los shocks macroeconómicos.
El organismo internacional destacó que Latinoamérica aparece como una zona con actitudes positivas hacia la migración. Ante esta percepción, el Banco Mundial alertó que esta actitud podría cambiar si las políticas públicas “no se gestionan cuidadosamente”.
Pese al incremento de los últimos años, el porcentaje de extranjeros asentados en Chile aún es bajo en relación a la población total (2,7%), mientras el proyecto que comprometió el gobierno para legislar en la materia aún no ingresa al Congreso.
Según el análisis de la entidad multilateral, el hecho de que el número de inmigrantes sea relativamente bajo en la zona podría responder a que los ciudadanos prefieran ir a economías de alto ingreso fuera de la región.
Región competitiva
Los otros ejes de la estrategia propuesta por el Banco Mundial apunta a que todavía hay espacio para preferencias arancelarias regionales y para la profundización con el resto del mundo; en armonizar las normas de origen y los marcos regulatorios en las Américas para lograr la competitividad global; y reducir los costos de la distancia al interior de la región mediante inversiones en infraestructura y logística.
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