Los temores y desconfianzas de los privados se han resistido a ceder. Así quedó de manifiesto en la Cena Anual de la Industria y en declaraciones de dirigentes empresariales, acusando un supuesto clima antiempresarial generado por las reformas y críticas de personeros de la Nueva Mayoría.
La situación se ha transformado en foco de inquietud para el oficialismo y, especialmente, para los ministerios de Hacienda y de Trabajo, que en medio de la desaceleración económica buscan evitar más trabas a la inversión y los roces vistos tras el debate tributario.
La preocupación ha llegado a tal nivel que La Moneda -reforzada por el cónclave que realizó el lunes el Partido Socialista (PS) con la Confederación de la Producción y del Comercio (CPC)- ha dado muestras de abuenarse con los privados, aunque le implique distanciarse de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT) para enviar una reforma laboral más consensuada al Congreso.
"Una sociedad desigual como la chilena requiere reformas estructurales, pero también nuestro interés es que esas reformas se realicen de buena manera. Y, en ese plano, tener un diálogo con el mundo empresarial, sin lugar a dudas que mejorará la calidad de esas reformas, y nosotros no tenemos un prejuicio al respecto", señaló el presidente del PS tras el encuentro con la cúpula empresarial, donde se abordó la agenda laboral como factor de preocupación de los agentes privados.
Las palabras del timonel socialista -sumado a las bilaterales que ha sostenido en las últimas semanas la ministra del Trabajo, Javiera Blanco, con altos ejecutivos y empresarios- han sido interpretadas en el mundo sindical como un intento de reeditar en la agenda laboral la llamada "cocina de la reforma", que se vio en el debate de la reforma tributaria en la comisión de Hacienda del Senado y que llevó al gobierno a morigerar el contenido del proyecto a cambio de asegurar su despacho.
De hecho, en la multisindical dicen que las conversaciones periódicas que sostenía la directiva encabezada por Bárbara Figueroa con las autoridades del Ministerio del Trabajo han estado congeladas.
"No nos gustan estos acercamientos, por eso se ha hecho tan evidente un sentimiento de distancia con las partes", confidencia una fuente de la CUT al referirse al diálogo del gobierno y PS con privados.
El vicepresidente de la Central Nolberto Díaz pidió enviar la reforma antes de diciembre y que "no sólo se escuche la voz del empresariado".
¿Punto de inflexión?
Una fuente del PS que conoce el mundo laboral vio también con incomodidad el encuentro con la CPC y admite que en el partido "hay varios militantes que son empresarios, por eso es que se ha buscado tender puentes de diálogo con ese sector en momentos en que las desconfianzas entre gobierno y privados parecen no tener un punto de inflexión".
El senador socialista Fulvio Rossi expresó reparos por no haber sido convocado al encuentro con la CPC en su calidad de subjefe de bancada y dijo que si bien hay disposición a llegar a acuerdos, "eso no debe significar un retroceso en las reformas".
Un dirigente gremial que fue al encuentro en el PS destacó el compromiso mutuo de cuidar el lenguaje y mantener canales de diálogo abiertos entre las partes.
Desde el socialismo recalcan que Osvaldo Andrade siempre ha tenido una actitud conciliadora, pero que en materia de reforma laboral su posición es avanzar a favor de los trabajadores.
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