Sistema binominal

- Se ha señalado que parte de la deslegitimización de los políticos y la política se debe a la mantención del binominal...



- En primer lugar creo que no estamos frente a una crisis institucional, de legitimidad o de representación, pero más allá de eso, un sistema electoral no es en sí mismo ni más ni menos democrático, ni más ni menos bueno o malo. Es simplemente una fórmula matemática para transformar votos en escaños y hay que analizar cuál es el más adecuado dependiendo del objetivo que se tenga en mente como sociedad. Creo que el binominal tuvo el gran mérito de darle estabilidad al país en un momento que claramente lo requería, al pasar de un sistema autoritario a uno plenamente democrático. En todo caso, aquí no estamos frente a un tema de principios, sino más bien de prudencia política.



- ¿Y que recomienda la Fundación en esto?


- Hemos estudiado y simulado las propuestas que se han planteado tanto por los partidos de la Concertación como por RN y la primera conclusión es que todas tienen el mismo sesgo: favorecen a quienes la proponen. A mi juicio, el tema debe plantearse pensando a largo plazo, pues los sistemas electorales no son para estarlos cambiando a cada rato. Si el país se pone de acuerdo en que el vigente cumplió su ciclo, habrá que analizarlo, pero que las propuestas que se pongan encima de la mesa sean serias y no sólo las que le convienen a unos u otros.