Fue una larga espera pero British American Tobacco (BAT) finalmente dio con la fórmula exacta para concretar la compra de Reynolds American, una operación que dará lugar a la mayor tabacalera del mundo abierta en bolsa por ingresos, superando así a Philip Morris.
La dueña de Lucky Strike había iniciado conversaciones con su rival estadounidense a mediados de octubre para adquirir el 58% restante en la compañía que aún no controlaba, pero las negociaciones se encontraban estancadas.
El acuerdo fue anunciado ayer luego de que BAT elevara su oferta desde US$ 47 mil millones hasta US$ 49.400 millones, aumentando además el componente de pago en efectivo y reduciendo la parte de canje de acciones. La nueva oferta valora cada acción del fabricante de Camel en US$ 59,64, un 5,6% más que la combinación propuesta previamente.
“El mercado está aliviado de que lograron salvar el acuerdo. La gente ya estaba comenzando a preocuparse de que había fracasado”, comentó Richard Marwood, gestor de fondos de Royal London Asset Management, que tiene acciones de BAT en su cartera de inversiones.
Próximas fusiones
El acuerdo podría marcar el comienzo de una ola de consolidación en la industria, en momentos en que el mercado se reduce por la mayor presión regulatoria y los productores buscan nuevas alternativas a medida que los consumidores más jóvenes se vuelven más conscientes sobre los efectos del cigarrillo en la salud.
La nueva compañía fusionada obtendrá 35% de sus ingresos desde Estados Unidos, permitiendo a BAT adquirir una base de entrada a un mercado clave, y le dará acceso además a Vuse, el cigarrillo electrónico de Reynolds, en momentos en que las tabacaleras buscan nuevas opciones de productos más saludables para sostener sus ingresos.
Los analistas de mercado creen que ahora Japan Tobacco podría seguir el mismo camino comprando a Imperial Brands, mientras que Altria podría volver a unirse con Philip Morris ocho años después de su separación.
BAT viene liderado esta tendencia con la compra de la brasileña Souza Cruz en 2015 por US$ 2.400 millones. En 1999 había concretado una de sus operaciones más importantes, al adquirir Rothmans, lo que le permitió sumar las marcas Dunhill y Kent a su cartera, que ya incluía Lucky Strike y Pall Mall, tras la absorción de American Tobacco Company, en 1994.
Atractivo tributario
Los observadores destacan además que la británica podrá beneficiarse ahora de las rebajas de impuestos a las empresas anunciado por el presidente electo de EEUU, Donald Trump, aunque BAT negó que esa hubiera sido la razón para incrementar su oferta.
“Los accionistas de BAT van a ser los más satisfechos porque ellos son los que van a obtener los potenciales beneficios de una menor tasa de impuesto corporativo”, dijo James Bushnell, analista de Exane BNP Paribas. De hecho, la incertidumbre sobre el tributo quedó reflejada en una cláusula que establece un pago de US$ 1.000 millones para cualquiera de las partes que abandone el negocio, comentó Bushnell.
La transacción, que ya fue aprobada por ambas administraciones, ahora debe ser ratificada por al menos 50% de los accionistas de Reynolds en una votación donde no podrá participar BAT.
Con un 42% de la propiedad de la estadounidense, BAT tiene cinco representantes en su directorio. La británica ingresó a la cartera de su competidora en 2004, cuando la ayudó a financiar parte de la compra de Lorillard.
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