Mientras el mercado aún descarta que los intentos de Cataluña por separarse de España se concreten, comienza a asentarse otro temor en el corto plazo: que la crisis política culmine con la salida del jefe del gobierno Mariano Rajoy.
Ayer, el separatismo dio su mayor demostración de fuerza, al convocar masivas marchas en una escena que las calles catalanas no habían visto antes de la votación.
El movimiento fue alimentado por la violencia del domingo, cuando la Guardia Civil y la policía nacional intentaron detener el referendo secesionista, que la justicia declaró ilegal. Más de 890 personas resultaron heridas ese día, según la Generalitat.
Ante la escalada de la tensión, el Rey Felipe VI intervino anoche en un mensaje televisado y acusó a las autoridades regionales de “quebrantar los principios democráticos” y “socavar la convivencia de la sociedad catalana”.
“Con su conducta irresponsable pueden poner en riesgo la estabilidad económica y social de Cataluña y de toda España”, manifestó el monarca, quien llamó a “los legítimos poderes del Estado” a “garantizar el orden constitucional”. Sentenció que “en esa España mejor que todos queremos también estará Cataluña”.
Tras retroceder el lunes, el Ibex cerró ayer con 0,02% de avance, por detrás de sus pares europeos.
Madrid bajo presión
Las palabras del Rey podrían alentar a Rajoy, quien gobierna con minoría parlamentaria, a usar la llamada “opción nuclear”: suspender la autonomía de Cataluña, con un mecanismo previsto en la Constitución, con lo que el orden institucional entraría en terreno desconocido.
Para asegurar que sus acciones no pondrán en riesgo su cargo, Rajoy se ha reunido con líderes políticos de los partidos que rechazan la secesión, pero ha recibido respuestas dispares.
El lunes, el principal opositor, el PSOE, exigió al mandatario reactivar el diálogo con la Generalitat. Pero ayer, Ciudadanos, aliado del Partido Popular de Rajoy, pidió a La Moncloa suspender al gobierno catalán.
“Es la única forma en que podremos ir a votar y no estar secuestrados como ahora por este golpe contra la democracia”, señaló el líder de la colectividad, Albert Rivera.
Imagen de Rajoy
Las manifestaciones de ayer bloquearon caminos en unos cincuenta puntos de la región. La noche anterior, un grupo de policías nacionales había sido atacado en sus propios hoteles.
En medio de la tensión, grupos sindicales catalanes llamaron a un paro indefinido. Hasta ahora, las dos grandes uniones nacionales, la UGT y Comisiones Obreras, no se han sumado a la convocatoria, aunque sí han respaldado las marchas.
La contingencia ha hecho que el mercado comience a evaluar el escenario de una salida de Rajoy. “Si el gobierno español colapsa y las encuestas apuntan a un incremento del apoyo a los partidos de izquierda, la prima de riesgo española podría subir más”, señaló un análisis de Capital Economics.
En la misma línea, un informe de Bank of America sostuvo que “si la situación en Cataluña no es manejada correctamente, podría haber preocupaciones sobre la estabilidad del minoritario gobierno español”.
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