El Consejo de Seguridad de Naciones Undas aprobó ayer nuevas sanciones que buscan poner presión al régimen de Kim Jong-un para terminar con su programa nuclear y de misiles. El borrador fue presentado por Estados Unidos el lunes de la semana pasada, un día después de que Pyongyang efectuara su sexta y más poderosa prueba nuclear. Sin embargo, Washington tuvo que suavizar las restricciones iniciales por el posible veto de Rusia.
Así, en lugar del embargo petrolero completo promovido por Corea del Sur, la resolución aprobada impone limitaciones a las importaciones de petróleo refinado a hasta 2 millones de barriles al año y congela las importaciones de crudo en los niveles actuales. Otra medida clave -la incorporación de Kim Jong-un en una lista negra y la congelación de sus activos- también quedó fuera del texto final.
Lo que sí quedó intacto fue el embargo a las exportaciones de textiles norcoreanos, la gran fuente de ingresos en divisa extranjera del régimen. La resolución también permite a los Estados a congelar los bienes de naves de carga -que van hacia o desde los puertos norcoreanos- en caso de que se nieguen a una inspección. “Estas son las medidas más duras jamás impuestas a Corea del Norte”, dijo la representante de EEUU ante la ONU, Nikki Haley.
Ad portas de la votación, Pyongyang amenazó que, en caso de que se aprobara la resolución, EEUU “pagaría el debido precio”. Corea del Norte está “preparada y dispuesta para emplear cualquiera de sus medios definitivos” que “causarán a EEUU el mayor dolor y sufrimiento que haya sentido a lo largo de toda su historia”, afirmó el Ministerio de Relaciones Exteriores del país.
Pyongyang “ha perfeccionado un arma termonuclear súper poderosa” para disuadir los movimientos cada vez más hostiles y la amenaza nuclear de EEUU”, aseguró.
Sanciones chinas
Por su parte, China –considerado el mayor socio estratégico del régimen de Kim- decidió endurecer las sanciones a su vecino de manera unilateral.
Según informaron a FT varias fuentes bancarias, en una medida sin precedentes para disminuir los flujos de capital desde Pyongyang, los mayores bancos chinos prohibieron abrir nuevas cuentas a los ciudadanos y empresas norcoreanas.
Algunas instituciones también bloquearon los nuevos depósitos para “vaciar” las cuentas existentes. Las medidas fueron impuestas a fines de agosto y van más allá de las restricciones existentes de la ONU.
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