El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, se unió ayer a una multitud de voces que proclaman victoria sobre el estancamiento económico europeo.
“El viento vuelve a soplar en las velas de Europa”, dijo la autoridad en su Discurso de Estado de la Unión ante el Parlamento Europeo. “Ahora tenemos una ventana de oportunidad, pero no estará abierta para siempre. Aprovechemos el momento: atrapemos el viento en nuestras velas”, agregó.
El jefe europeo abogó además por una zona euro ampliada y más integrada, después del “golpeado y magullado” 2016, marcado por surgimiento del populismo, el Brexit y la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca. “Brexit no es el futuro de Europa”, aseguró.
Eurozona en la UE
El jefe de la Comisión Europea respaldó la idea de crear un ministro de Finanzas único para el bloque. Sin embargo, su visión es distinta a la de Francia o Alemania: según Juncker, el ministro tendrá autoridad sobre toda la Unión Europea, y no sólo sobre la zona euro, ya que todos los países del bloque amplio deberían usar la moneda única.
“El euro está destinado a ser una divisa única en toda la Unión Europea”, aseveró. Para facilitar la incorporación de nuevos miembros, habrá un “instrumento” que ofrezca asistencia técnica y “en ocasiones financiera” para los candidatos.
Así, el ministro de Finanzas será parte de la estructura existente de la UE, tendrá el cargo de vicepresidente de la Comisión Europea y encabezará el Eurogrupo, que reúne a los ministros de Finanzas europeos. El nuevo alto ejecutivo se encargará de apoyar financieramente a los miembros y promover las reformas estructurales.
La misma ampliación de la zona euro llevó a Juncker a descartar la idea de un presupuesto único –promovida por el mandatario francés, Emmanuel Macron- como una “estructura paralela” innecesaria, ofreciendo en vez de ella crear fondos dentro del presupuesto actual.
Sin embargo, sí le dio el visto bueno a la transformación del Mecanismo Europeo de Estabilidad –fondo de rescate a los países en crisis- en un Fondo Monetario Europeo permanente.
Comercio global
En temas internacionales, a medida que EEUU toma una postura proteccionista, Juncker llamó a Europa a promover el comercio global. En este marco, señaló que pretende cerrar a fin de año los acuerdos de libre comercio con México y el Mercosur. El bloque ya firmó un tratado con Canadá y con Japón, y abrió el camino para negociaciones con Australia y Nueva Zelanda.
Sin embargo, Juncker no se mostró tan abierto en temas de inversión extranjera, llamando a limitar la expansión de empresas foráneas –sobre todo chinas, las que han aumentado las compras de sus pares europeas- en sectores estratégicos como los de infraestructura, energía y alta tecnología. Así, propuso crear un sistema de evaluación de inversiones “para proteger la seguridad colectiva”.
Blanco de críticas
Las propuestas del jefe de la Comisión Europea se convirtieron inmediatamente en el blanco de las críticas. “Tenemos que ordenar la casa europea antes de que pueda siquiera haber una discusión sobre una mayor centralización”, señaló Ryszard Legutko, representante de Polonia ante el Parlamento Europeo. “Todo lo que puedo decir es dar gracias a Dios que estamos saliendo (de la UE)”, afirmó, por su lado, el líder del Partido Independentista del Reino Unido, Nigel Farage.
Las propuestas probablemente enfrentarán también la oposición de Berlín y París. Mientras el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schaeuble, afirmó tibiamente que la posición de Juncker está en general alineada con la visión del país, el ministro local en Bavaria y aliado oficialista, Beate Merk, aseguró que la ampliación la eurozona sería un “experimento riesgoso que aumentará enormemente los problemas de Europa”.
Por su parte, un asesor de Macron trató de suavizar las diferencias, señalando que Juncker ha hecho “muchas propuestas ambiciosas” que se alinean con las ideas francesas. El mandatario –quien promueve cambios profundos en la zona euro- presentará su visión de reforma el 26 de septiembre.
Reino Unido: desempleo baja, pero sueldos no logran despegar
El Banco de Inglaterra (BoE) se reúne hoy para decidir sobre su política monetaria, y los datos de la quinta economía mundial dan señales contradictorias.
El repunte de la inflación, que según la información publicada el martes subió en agosto a 2,9%, ha hecho más dificil al BoE explicar la demora en subir las tasas de interés. Sin embargo, los datos publicados ayer pueden dar una buena razón para dejarlos en sus mínimos de 0,25%. A pesar de un repunte en los empleos, lo que llevó al desempleo en el segundo trimestre a 4,3%, su mínimo desde 1975, el aumento de los sueldos sigue siendo débil, un 2,1% en el mismo período, afectando a los gastos de hogares en la economía dependiente del consumo.
"El retraso en los salarios hace más probable que el BoE ponga atención a la inflación cuando decida sobre las tasas de interés esta semana", dijo a Reuters Ed Monk de Fidelity International. "Los precios se están elevando por encima del objetivo, lo que favorece un alza de los tipos, pero los datos de hoy sobre los salarios sugieren que aún no es un buen momento para la economía", agregó.
El banco también está preocupado por los efectos que causará la salida del país de la Unión Europea. A pesar de que la economía creció 1,8% en 2016, uno de los mejores desempeños entre G7, el regulador ha ido bajando sus proyecciones para los años que vienen.
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