Haciendo oídos sordos a las críticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, y de miembros de su equipo económico, la Reserva Federal cumplió ayer con las expectativas de la mayor parte del mercado y aplicó una nueva alza de 25 puntos base a la tasa de interés de referencia, el cuarto incremento de este año y el noveno desde que comenzó a normalizar su política monetaria en 2015.
La decisión, que fue unánime dentro del Comité Federal de Mercados Abiertos (FOMC, su sigla en inglés), deja los tipos en un rango de 2,25% a 2,5%. El presidente del banco central estadounidense, Jerome Powell, manifestó en una conferencia que desde septiembre, cuando se aplicó el incremento más reciente, “la economía de EEUU ha mantenido su fuerza, en gran parte en línea con las expectativas”.
Añadió que “el panorama sigue sin grandes alteraciones. El crecimiento continuará en niveles sanos, el desempleo cayendo y la inflación cercana a 2%”.
La autoridad también reforzó su defensa del proceso de normalización monetaria, al señalar que “la tasa estuvo cerca de cero por siete años y la economía se recuperó (…) La política (monetaria) en este momento no necesita ser expansiva (…) Hemos llegado al límite inferior de un nivel neutral para la tasa y creo que eso está bien”.
En su comunicado, la entidad también mantuvo su visión de que el ritmo del país aún permite nuevos aumentos, aunque la redacción mostró menos compromiso con el calendario de incrementos.
“El comité considera que algunos aumentos graduales en el rango meta para la tasa de los fondos federales es consistente con la expansión sostenida de la actividad económica, las condiciones robustas del mercado laboral y la inflación cercana al objetivo de 2% en el mediano plazo”, manifestó.
Powell también fue cuestionado sobre las críticas de Trump, quien esta semana expresó su rechazo a que la Fed “considerara subir la tasa” ante la fuerza del dólar. El jefe del banco central aseguró que las consideraciones políticas “no tienen rol alguno” en las evaluaciones del banco y agregó: “Nosotros tenemos una misión dada por el Congreso, y tenemos las herramientas y la independencia que es esencial para nuestro trabajo. Nada evitará que hagamos lo que creemos que es correcto”.
Caen las proyecciones
Pese a que defendió que la salud económica de EEUU justifica las alzas, la Fed también redujo sus proyecciones de crecimiento para el Producto Interno Bruto. Mientras en septiembre estimaba una expansión de 3,1% para este año y 2,5% para el próximo, ayer las recortó a 3% y 2,3%, respectivamente. En tanto, mantuvo sus proyecciones para el desempleo y las redujo para la inflación.
“Vemos un crecimiento que se moderará en adelante”, manifestó Powell en conferencia de prensa. Agregó que “ajustaremos la política monetaria para mantener el crecimiento, el desempleo y la inflación cercana a 2%” y que, para ello, “las decisiones estarán basadas únicamente en la mejor información y análisis”.
Los cambios en las proyecciones de la entidad vinieron acompañados de una moderación en sus expectativas para la política monetaria. “Muchos de mis colegas esperaban que las condiciones económicas llamaran a tres alzas adicionales en 2019”, sostuvo Powell. “Hemos rebajado un poco eso, porque creemos que la economía crecerá de manera que llame a dos alzas”.
No obstante, el economista reiteró su discurso de que “no hay un camino prediseñado” para los tipos y que las decisiones dependerán únicamente de los datos.
De acuerdo con las nuevas proyecciones, tras los dos movimientos de tasas del próximo año, habría al menos uno adicional en 2020.
Pero los analistas destacaron que las proyecciones de la Fed aún apuntan a que la tasa superará el nivel neutral y entrará a territorio restrictivo. Un reporte de Capital Economics señaló que la estimación de una tasa neutral entre los miembros del FOMC se redujo desde 3% a 2,8%, probablemente en respuesta a “la falta de una aceleración más marcada en la inflación subyacente y las señales de que la actividad en sectores sensibles a las tasas (como las viviendas y la inversión empresarial) se está debilitando”.
El futuro de las tasas
La decisión y las nuevas proyecciones de la Fed dan cuenta de la incertidumbre con la que la economía de EEUU -y la del mundo desarrollado- entra a 2019.
“Esta alza es un voto de confianza en nuestra economía para 2018, pero esencialmente el año ya cerró”, dijo a Bloomberg el vicepresidente de estrategia de inversión de E*Trade Financial, Mike Loewengart. “Estamos en territorio desconocido a medida que 2019 entra al foco”.
Por su parte, el jefe de estrategia de tasas en EEUU de BMO Capital Markets, Ian Lyngen, manifestó a Financial Times que “el mercado estaba buscando más de lo que obtuvo”. Agregó que el tono del comunicado, que algunos consideraron más suave que en reuniones anteriores, “fue una respuesta al hecho de que el desempeño de los activos de riesgo es peor de lo esperado. Pero hoy quedó claro que eso no es lo suficientemente preocupante para frenar a la Fed”.
En la misma línea, Jamie Cox, de Harris Financial Group, dijo a Reuters que el tono del banco central estadounidense “no fue del todo suave como se había esperado, pero sí creo que finalmente echarán más pie atrás a medida que comienza el nuevo año”.
Otros análisis apuntaron a la caída reciente de las bolsas, que podrían, incluso, cerrar su peor año desde la crisis financiera de 2008. “Yo estoy muy preocupado”, dijo a FT Andrew Brenner, de National Alliance Securities. La Fed, manifestó, “no reconoce lo mal que están los mercados y eso es lo que estamos viendo”.
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