El presidente del gobierno de España, Mariano Rajoy, compareció hoy ante el Congreso nacional de su país para explicar el estado de la crisis en Cataluña, que ayer declaró su independencia del país para luego suspenderla, a la espera de que Madrid abra la puerta a una negociación.
El mandatario insistió en que "no es posible establecer un diálogo sobre lo que prohíbe la Constitución" y manifestó que cualquier negociación sobre nuevas condiciones para la región autónoma debe ser "a través de las reglas y procedimientos previstos para ello".
Antes de su discurso, Rajoy había iniciado los trámites para aplicar el artículo 155 de la Carta Magna, que implica la suspensión de la autonomía catalana y podría llevar, incluso, al arresto del presidente de la Generalitat en Barcelona, Carles Puigdemont.
"Es hora de poner fin a este desgarro y hacerlo con serenidad, con prudencia y con el objetivo último de recuperar la convivencia", sentenció el presidente a los parlamentarios.
También desestimó la validez del referendo del 1 de octubre, cuando, según las autoridades catalanas, más de dos millones de personas votaron a favor de separarse del país. Rajoy señaló que el ejercicio "no resiste prueba de transparencia, neutralidad y control de veracidad del resultado".
"No fue un ejercicio democrático", manifestó. "La democracia no se puede ejercer al margen de las reglas que la ordenan (...) Si esos principios son ignorados o violentados, no son una democracia".
"España no se va a romper mientras no lo decidan sus ciudadanos y cualquier gobierno estará obligado a defender la unidad del país y la soberanía nacional", sentenció.
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