El presidente estadounidense Donald Trump subió ayer una vez más la retórica hacia Corea del Norte, advirtiendo a Pyongyang en contra de atacar la isla estadounidense de Guam o a los aliados de EEUU, luego de que la nación asiática revelara sus planes de lanzar cuatro misiles balísticos hacia el territorio insular.
“Es mejor que Corea del Norte se ordene o enfrentará problemas como pocas naciones del mundo los han enfrentado jamás”, dijo el mandatario. Trump agregó además que de solo pensar en atacar a EEUU o sus aliados, Corea del Norte tendrá que ponerse “muy, muy nerviosa”.
En esta postura Trump recibió el respaldo de Japón: el ministro de Defensa, Itsunori Onodera, afirmó que el país tiene el derecho legal de interceptar un misil norcoreano que represente una amenaza a su “existencia como nación”.
Hasta Corea del Sur, que con el nuevo presidente Moon Jae-in aboga por un enfoque más pacífico hacia el régimen de Kim Jong-un, parece estar perdiendo la paciencia. La junta de jefes del estado mayor del país emitió una “advertencia seria” de que en caso de provocaciones el país vecino “enfrentará una respuesta fuerte” del ejército surcoreano. Sin embargo, Seúl bajó el tono posteriormente, informando que tomará “medidas diplomáticas enérgicas”, y aseguró que hay “una puerta abierta para el diálogo”. “Tensiones militares o un conflicto armado no beneficiarán a ningún país”, afirmó el portavoz de Moon.
Mal entendimiento
En tanto, los expertos están preocupados por los pocos canales que existen entre Washington y Pyongyang: en ausencia de relaciones diplomáticas o un “teléfono rojo” -una red directa como la que existía durante la Guerra Fría entre la Casa Blanca y el Kremlin- aumenta la posibilidad de que un accidente o mala interpretación de acciones de la contraparte desate una guerra.
“En este punto, es difícil imaginar que se pueda manifestar una diplomacia real”, dijo a FT Kim Ki-ho, profesor de política internacional de la Universidad de Kyonggi. “Lo más probable es que las tensiones escalen al máximo, tomando en cuenta las personalidades confrontacionales de Kim y Trump. China y Rusia probablemente intervendrían en el último minuto si hubiera cualquier señal de conflictos militares”.
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