A un mes de la convención republicana en Cleveland, la campaña de Donald Trump anunció ayer la abrupta salida de su jefe de campaña, Corey Lewandowski, en momentos en que el magnate inmobiliario está intentando convencer a los votantes y donantes que puede recuperarse de semanas de tropiezos y caída en las encuestas.
“La campaña de Donald J. Trump para presidente, que ha establecido un récord histórico en la primaria republicana, recibiendo casi 14 millones de votos, anuncia que Corey Lewandowski ya no trabajará con la campaña”, afirmó la vocera Hope Hicks en un comunicado.
En abril, Trump sumó a Paul Manafort, asesor de varias campañas presidenciales republicanas, incluyendo las de Ronald Reagan y George H. W. Bush. Desde su llegada, Manafort presionó a Trump para que contratara a más personal, usara TelePrompters y moderara su discurso.
Esto provocó una batalla interna. Los aliados de Manafort se quejaban de que Lewandowski estaba obsesionado por controlar el acceso a Trump, mientras que sus rivales decían que Manafort intentaba reprimir la característica que le ha había valido la nominación a Trump: su retórica encendida.
Trump habría tomado la decisión luego de que Lewandowski, quien acompañaba al magnate desde el inicio de su campaña el año pasado, y Manafort le demandaran el fin de semana que se decidiera por uno de ellos, dijeron fuentes a Bloomberg.
Escoger a Manafort es la señal más clara de que Trump desea relanzar su campaña para acercarse a los republicanos escépticos que necesita para ganar la Casa Blanca.
“Tiene el potencial de ser un punto de inflexión”, dijo Ryan Williams, un estratega republicano y ex vocero de la campaña presidencial republicana de Mitt Romney en 2012, a Bloomberg.
Lewandowski también habría tenido problemas con los hijos de Trump, especialmente con Ivanka y su marido, Jared Kushner, quienes veían su enfoque de “dejar a Trump ser Trump” como un catalizador de los peores instintos políticos del magnate. Pero en entrevista con CNN, Lewandowski negó que hubiera tensión con la familia.
Moody’s advierte recesión
Ahora Trump podrá concentrarse en captar los votos de los republicanos en Washington, quienes lo criticaron duramente tras su renovado llamado a prohibir el ingreso de musulmanes a EEUU.
Y ese no es el único de sus problemas. Moody’s Analytics difundió ayer un informe advirtiendo que si Trump gana las elecciones y lleva a cabo su plan económico, el país entrará en “una prolongada recesión”.
Moody’s proyecta que al final de su mandato habría 3,5 millones de empleos menos; la tasa de desempleo subiría de 5% a 7%; los ingresos medios por hogar descontada la inflación se estancarían, y los mercados bursátil e inmobiliario perderían valor.
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