Apenas horas después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, negara a través de Twitter que exista “caos” en la Casa Blanca, se conoció la salida del tercer miembro de su círculo más cercano en menos de dos semanas: el director de Comunicaciones, Anthony Scaramucci, dejó el cargo tras apenas diez días en él.
El anuncio llegó en momentos en que la agenda de reformas del mandatario se estanca, crece su distancia con sus parlamentarios y el dólar cae a nivel mundial, afectado por las débiles cifras del primer semestre en EEUU y la fuerza de la recuperación europea.
Ante ello, en comentarios preparados para un discurso en Brasil, el vicepresidente de la Reserva Federal, Stanley Fischer, señaló que “la incertidumbre sobre las políticas del gobierno en salud, regulación, impuestos y comercio puede hacer que las empresas retrasen sus proyectos hasta que el entorno se clarifique”.
La autoridad agregó que, tras una década de tasas de interés bajas en todo el mundo, “la desaceleración del crecimiento parece ser el principal factor que deprime el equilibrio de las tasas de largo plazo”.
El PIB de EEUU creció 2,6% en el segundo trimestre en comparación con el primero, levemente por debajo de las expectativas. Factores fuera de la incertidumbre política, como el bajo desempleo y la recuperación de los sueldos, ponen al país en camino a un mejor segundo semestre.
Agenda dividida
Iniciado el receso de agosto, la agenda legislativa para septiembre se ve copada con debates sobre el límite de la deuda fiscal y el financiamiento del gobierno, además del Presupuesto de 2018. A ello se suman los temas pendientes: Trump fracasó la semana pasada en su esfuerzo por derogar y reemplazar Obamacare, el sistema de salud que heredó de su predecesor Barack Obama y que es repudiado por el Partido Republicano.
Mientras el presidente presiona por sacar adelante esa iniciativa, los líderes republicanos en el Congreso buscan iniciar la discusión tributaria en torno a un proyecto del propio presidente de rebajar de 35% a 15% los impuestos corporativos.
Incluso el contenido de esa iniciativa es factor de división. Uno de los principales asesores de Trump, Steve Bannon, buscaba apoyo parlamentario para subir a 44% los impuestos a personas con ingresos superiores a US$ 5 millones anuales, pero la propia Casa Blanca salió a descartar la propuesta. En el Senado cuestionan que el debate se zanje este año. Fuentes de Financial Times apuntan a lograrlo a inicios de 2018.
Reducir el drama
La incertidumbre en el equipo de Trump también siguie creciendo. Antes de Scaramucci, ya habían salido de sus cargos el vocero de la Casa Blanca, Sean Spicer, y el jefe de Gabinete, Rience Priebus, todo en un ambiente de rencillas internas que preocupa al oficialismo.
“Va a tener que reducir el drama, tanto los disparos en la interna como las filtraciones”, dijo el estratega republicano Karl Rove en una entrevista televisiva. Por su parte, la senadora oficialista Susan Collins pidió “traer orden y disciplina al ala oeste” del palacio de Gobierno. Según la Casa Blanca, Scaramucci salió para dar “un borrón y cuenta nueva” al equipo presidencial.
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