Como un interminable juego de ping-pong. Así podría describirse lo que ocurrió ayer en el Congreso de Estados Unidos, a medida que se acercaba el plazo fatal para que el gobierno federal se quedara sin recursos para seguir operando.
Mientras el Senado aprobaba un proyecto “limpio” que sólo buscaba financiar a las agencias estatales hasta el 15 de noviembre, la Cámara de Representantes corregía esta medida para incluir, además del dinero necesario para que el gobierno siguiera abierto, una cláusula que retrasaba en un año la entrada en vigencia de la reforma a la ley aprobada en 2010 y conocida como Obamacare. Una vez aprobada en la Cámara, la iniciativa era devuelta al Senado, donde los legisladores eliminaban las estipulaciones relacionadas con Obamacare y la devolvían a la cámara baja.
Hasta el cierre de esta edición, a minutos de que expirara el plazo límite de las 00:00 (01:00 de la madrugada del martes en Chile), los republicanos se disponían a votar para reponer los recortes a la reforma de salud y aceptar que el temido “shutdown” ocurriera. Sin embargo, reconociendo que este tira y afloja no estaba dando resultados, los representantes de la oposición buscaron abrir una salida negociada y propusieron designar a un comité para formar una mesa de diálogo con los parlamentarios oficialistas que continuara trabajando durante toda la noche.
Sin embargo, el líder de la mayoría demócrata en el Senado, Harry Reid, rechazó esa posibilidad, con lo que el cierre quedaba así prácticamente asegurado.
Confirmando esta percepción, y antes de que se cumpliera el plazo, se informó que el presidente Obama dejó la sección oeste de la Casa Blanca, dando una clara señal de que ya no tenía expectativas de firmar un acuerdo. Mientras eso ocurría, Reuters informaba que la Oficina Administración y de Presupuesto de la Casa Blanca se aprestaba ya a enviar en los siguientes minutos la orden para el cierre de las oficinas públicas.
Debido a que la posición de los republicanos es muy impopular con los electores, la mayoría de los analistas apuesta a que el cierre del gobierno será breve, y que los legisladores de la oposición terminarán aprobando durante la semana alguna clase de financiamiento, aunque sólo sería temporal.
Sin embargo, eso no resolverá la incertidumbre de fondo, porque el enfrentamiento sobre los recursos para la reforma de salud de Obama sólo se postergarán hasta mediados de mes, cuando se deberá volver a negociar para elevar el tope máximo de la deuda pública. Los observadores advierten que en este punto la batalla podría darse en términos aún más complejos, y con mayores riesgos para la economía.
Efecto en la economía
Una interrupción en las funciones del gobierno podría reducir el crecimiento de la primera economía del mundo durante el cuarto trimestre en hasta 1,4 punto porcentual, según los economistas. El impacto final dependerá de la duración de la suspensión.
Tras la falta de acuerdo en el Congreso, entre 800 mil y 1 millón de trabajadores federales serán obligados a tomar permisos sin goce de sueldo.
Durante la noche, Bloomberg informó que un cierre parcial del gobierno le costaría en un inicio al país al menos US$ 300 millones al día en pérdidas en producción económica, de acuerdo a IHS. Si bien esta es una pequeña fracción del PIB de US$ 15,7 billones (millones de millones) de EEUU, el impacto diario probablemente se acelerará si es que se extiende por mucho tiempo, ya que deprimirá la confianza y el gasto de las empresas y los consumidores.
Si bien casi todas las agencias del gobierno se verían afectadas por la paralización de las actividades, un sector se salvará de los permisos sin goce de sueldo.
Tanto la Cámara de Representantes como el Senado aprobaron asegurar el pago de los militares incluso con un cierre federal. Según fuentes citadas por CNN, el mandatario ya habría firmado esta iniciativa.
La calificadora Standard & Poor’s aseguró que no habrá cambios en la nota crediticia de Estados Unidos siempre y cuando el impasse en Washington sobre el financiamiento del gobierno y el techo de la deuda se resuelva pronto. “Este tipo de política arriesgada es la razón dominante de por qué la calificación ya no es AAA”, citó Reuters.
En cuanto a la perspectiva del país, S&P declaró que “sin otras medidas fiscales, esperamos que el déficit y la deuda comiencen a elevarse como porcentaje del PIB en 2016”.
El impacto en las agencias federales
Servicio de Impuestos Internos: la mayoría de los funcionarios recibiría un permiso sin goce de sueldo.
Reserva Federal: seguiría abierta, ya que no depende de la asignación del Congreso para operar. Lo mismo ocurre con otras agencias financieras.
Departamento de Comercio: suspendería la publicación de informes económicos. Esta semana debería entregar datos sobre el gasto en construcción y las órdenes de las fábricas.
Departamento del Trabajo: la Oficina de Estadísticas Laborales dejaría de operar, con lo que se aplazaría la entrega del informe de desempleo de septiembre, fijada para el viernes.
Departamento de Defensa: todo el personal militar continuaría trabajando, pero muchos contratistas civiles se irían con permiso temporal.
Departamento de Justicia: 18 mil de los más de 114 mil empleados se irían con licencia. Los litigios criminales seguirían su curso, mientras que los juicios civiles serían limitados o pospuestos.
Tribunales: la Corte Suprema probablemente operaría con normalidad.
Departamento de Agricultura: Los inspectores de carne seguirían trabajando. Los informes estadísticos, como el de cosechas que debería conocerse el 11 de octubre, se retrasarían.
Agencia de Protección Medioambiental: cesaría sus funciones con sólo un grupo central de individuos disponibles en caso de una "emergencia significativa".
VER MÁS
MARKET DATA
<%userdata?.email%>
Editar perfil
Credencial
Salir
(Twitter)
Instagram
Facebook
LinkedIn
YouTube
TikTok
Alto contraste
Estados Unidos
