El escenario que enfrenta el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, no es el mejor. Sus esfuerzos para asegurar la aprobación del Congreso para un ataque a Siria está complicando una serie de negociaciones de su agenda doméstica con los legisladores.
Entre los temas importantes está el nombramiento del sucesor de Ben Bernanke, el presidente de la Reserva Federal, y la reforma migratoria.
“El presidente está pidiendo encarecidamente el apoyo de los republicanos sobre Siria. Volver a los temas como el de inmigración será muy difícil”, comentó a Bloomberg el ex representante republicano de Virginia, Tom Davis.
Otras iniciativas afectadas serían el aumento de los niveles de financiamiento del gobierno, e incrementar el límite de la deuda federal.
El presupuesto debe ser aprobado por el Congreso a más tardar el 30 de septiembre mientras que el techo de deuda, que permite a Estados Unidos seguir endeudándose para financiar el gasto del gobierno, necesitará ser solucionado a mediados de octubre, fecha en la que el secretario de Tesoro, Jack Lew, dijo que alcanzará el de US$ 16,2 billones (millones de millones).
El voto del Senado, donde Obama tiene opciones de ganar la aprobación para atacar Siria, podría realizarse hoy.
En el caso de la Cámara de Representantes, donde ya la mitad de los miembros dijo que se oponía a la acción militar estadounidense, es poco probable que se vote antes de la próxima semana.
Breve intervención
Por otro lado, el secretario de Estado estadounidense, John Kerry, anunció desde Londres que para detener el uso de armas químicas de parte de Siria y acelerar un acuerdo político para terminar con la guerra civil será suficiente un ataque militar “increíblemente pequeño, limitado y de corto plazo”.
“No estamos hablando de una guerra, nosotros no iremos a guerra”, recalcó Kerry.
En tanto, en Moscú, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Sergei Lavrov, hizo un llamado a Siria para que entregue su arsenal de armas químicas al control internacional con el objetivo de evitar un posible ataque por parte de Estados Unidos.
“Si el control internacional de las armas químicas en el país evitará un ataque militar, inmediatamente empezaríamos a trabajar con Damasco”, aseguró el secretario de Estado ruso.
La petición tuvo una buena acogida por su par sirio, Walid al-Moualem, quien no dijo explícitamente que el gobierno de presidente Bashar al-Assad había acordado llevarla a cabo, pero pareció indicar que lo haría si eso implicaba que EEUU no lanzaría ataques militares en su contra.
Sin embargo, desde el Ejército Libre Sirio, el coronel Qassem Saadeddine, aseguró que “nosotros no aceptaremos esta maniobra”.“El propósito de esto es confundir a todo el mundo”, acotó Saadeddine.
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